Volvemos a la carga con algo más actual. Hablar de The Dillinger Escape Plan es hablar de una de las formaciones de mayor renombre en el underground del Metal y el Hardcore en los últimos años, si bien el underground ya se les ha quedado pequeño y han ganado muchísima popularidad. 4 discos de estudio y unos cuantos EPs, destacando sobre todo esa maravilla que grabaron con el camaleónico Mike Patton. Comandados por el talentoso guitarrista Ben Weinman, se han labrado su nombre en la escena a base de esfuerzo, cojones, y telonear a bandas como Nine Inch Nails, ahí es nada, codo a codo con los grandes. Qué coño, ellos también son grandes, sólo por ese nombre tan lol ya merecen mención.
Sabemos que a Weinman le gusta el riesgo, pero, ¿tanto como para liarse a leches con Puciato?
La banda se formó allá por 1997 en Nueva Jersey, curiosamente hogar también de Overkill, que fue la anterior reseña. Dentro del Mathcore es uno de los nombres más conocidos, y más difíciles de etiquetar por su eclecticismo. A lo largo de su carrera encuentras Mathcore, claro, como elemento dominante, pero hay cosas de Jazz y Rock Progresivo, herencia directa de mis amados King Crimson o el genial Chick Corea, Avant-Garde Metal, atmósferas industriales (giraron con NIN, os lo recuerdo), los temas más limpios parecen sacados de un disco noventero de Faith No More, música Electrónica... en fin, no es fácil encuadrarlos y eso es lo que los hace tan especiales. En Ire Works, su tercer disco, esa especie de amalgama de sonidos queda perfectamente reflejado. Junto a su debut Calculating Infinity me parece el mejor disco de los 4, bueno, y el EP de Patton también, que son sólo 4 temas pero vaya 4 temas. Describirlo no es tarea fácil, pero bueno, cosas más jodidas he reseñado. Como bien dice la foto, a Ben Weinman le gusta el riesgo. A mí, musicalmente hablando, también.
Empezamos con Fix Your Face, con la colaboración del que fue vocalista de su primer disco, Dimitri Manikakis. ¿Mathcore a tu puta jeta, en plan "versióname si tienes lo que hay que tener", con el agresivo voceras del primer disco? Un regalo del cielo. Caótica y desgarradora, de ritmo muy veloz y sin tregua al oyente, con algunas líneas de guitarra muy complejas. El dominio de la armonía de Weinman es aterrador, con riffs con nivel compositivo altísimo, alternando esos muros de sonido con partes más calmadas y con protagonismo del bajo. Una buena toma de contacto de lo que representa el "sonido TDEP", enlaza con la siguiente, Lurch sigue esta tónica, pero el tema es todavía más corto, y por ende, más arrasador si cabe. Aquí el musculoso Greg Puciato nos demuestra lo bien que se le da meter berridos, con una instrumentación todavía más compleja y cambiante, introduciendo algunas disonancias. El tercer corte, Black Bubblegum, rompe con esta tónica de Mathcore complejo, es un tema mucho más "Pop" por así decirlo, y aquí se ve la influencia de Faith No More, especialmente en las líneas vocales. Una intro ruidosa hasta que entra la melodía principal, bajo muy marcado, arreglos electrónicos, y Puciato cantando limpio, con algunos falsetes geniales, demostrando sus recursos con la voz. El estribillo decid lo que queráis, que si típico, que si comercial, pero es acojonantísimo. Y es gracioso que, aunque apenas sobrepasa los 4 minutos, sea el tercer tema más largo del disco. El final ya se permite desfasar un poco más, con esos coros repitiendo el estribillo.
Sick On Sunday es mayormente instrumental, comienza muy tranquila y luego ya va variando, con guitarras distorsionadas, arreglos electrónicos (echad un ojo a la percusión sobre todo) y momentos de caos puro puntuales, para que Puciato cante algo en semifalsete, genial. Ahora tocan una serie de temas que apenas pasan del minuto, la puramente instrumental When Acting As A Particle. La intro con violines y chelos me recuerda ligeramente a Providence, aquel instrumental del Red de King Crimson, con un final algo más Rock. Nong Eye Gong, curioso título, sí que es poco más de un minuto de Mathcore denso pero deliciosamente enrevesado. Muy cortita, pero muy bestia, enlazando directamente con When Acting As A Wave, otro instrumental bastante bizarro, con atmósfera industrial que aprisiona. 82588 dura casi dos minutos y ya parece larga, lol. De nuevo Mathcore complejo, caótico mientras Puciato se desgañita. El trabajo de batería y los complejos cambios de ritmo son reseñables, incluyendo los interludios melódicos donde el sonido parece pasar a un segundo plano. Ahora es el turno del tema más conocido del disco y ya con una duración estándar de casi 4 minutos, Milk Lizard. Aquí un riff muy pegadizo, unos arreglos de viento (y al final se le añade un piano) muy locos y voces semigritadas tienen protagonismo. El ritmo baja un poco, es un tema más melódico y en cierta medida más asequible, aunque los detallitos de guitarra y sobre todo rítmicos son impresionantes, con un cierto sabor a Jazz, con partes donde Puciato demuestra que limpio tampoco canta nada mal. Un tema ecléctico, equilibrado, y de los que más me gustan.
Vamos a por los últimos temas: Party Smasher abandona todo atisbo de querer facilitar la cosa al oyente y vuelve a partir cráneos con el Mathcore caótico y furioso de la banda. Dead As History sobrepasa la frontera de los 5 minutos y comienza muy ambiental, con bases electrónicas, piano, y ruido Industrial de fondo, si bien lo suyo es el Mathcore, a la hora de experimentar y probar con otras cosas no se cortan un pelo. Las guitarras son contundentes más que técnicas, y la voz de Puciato se parece sospechosamente a la de Trent Reznor, que joya de chaval, muy corrosivo todo. Horse Hunter comienza muy Progresiva, medio improvisada, con partes de rabia, la colaboración de Brent Hinds de Mastodon para dar más variedad al apartado vocal, y hay un momento que parece que estemos escuchando a los de Atlanta... uf, si es que se han guardado algunas de las mejores para el final, y eso que todavía queda una. Mouth of Ghosts es el último corte y el más largo, algo más de 6 minutos. Otra vez la intro es muy calmadita y con el volumen muy bajo, sonando más calmados que nunca pero conservando el feeling... los arreglos de piano y la batería muy progresiva. Las guitarras llegan a aflamencarse (LOL) y con ritmos incluso latinos, muy a lo Al Di Meola. Mayormente instrumental, pero las voces semilimpias de Puciato le dan otro color al tema. Una pasada, de las mejores canciones y una muestra más de su eclecticismo musical. El final ya deja más paso a la distorsión y el desfase, pero únicamente al final, dando el disco por terminado.
Un paso más allá de Miss Machine, más enrevesado y experimental, permanece como una de sus grandes obras hasta ahora. Espero que os hayan gustado tanto disco como reseña, y eh, hasta la próxima. Me pregunto si la portada es también un guiño a los Floyd...