lunes, 30 de enero de 2012

Creedence Clearwater Revival - Creedence Clearwater Revival [1968]

Ya dije hace poco que recuperaría la tónica habitual del Blog. Todavía funciona Mediafire, tengo unos días libres para traeros joyas, más o menos conocidas y, para qué engañarnos, me encanta escribir. No os aburro mucho más, y ya os empiezo a hablar de la banda. A poco que os guste el Rock de finales de los 60 y principios de los 70 habréis oído hablar de los grandiosos Creedence Clearwater Revival, ¿no?



Con una historia corta como banda, varios discos, una discografía enorme, compacta (salvo su último tropiezo, Mardi Gras) y extensa para los años que estuvieron en activo, llegando a lanzar 3 discos en 1969, una burrada.  La banda de los hermanos Fogerty representa, además, el Rock americano de finales de los 60. Sé que es una afirmación atrevida, pero a lo largo de la reseña os iré explicando los motivos. Esto ya a nivel personal, me gustan más que bandas como The Band, The Doors o Lynyrd Skynyrd.

El disco debut de estos californianos merece un rincón aparte. No es su mejor disco (este honor seguramente pertenezca a Cosmo´s Factory), pero a nivel de estilo tiene cierta diferenciación. A grandes rasgos, CCR tocan Rock sesentero, con un sonido 100% americano. Beben mucho de sonidos sureños, del Folclore popular de los Estados Unidos, del Folk, del Country (no tanto como The Band, más Folk/Country y menos Blueseros), cierta inclinación al Hard Rock, sin integrarse en la movida... eso a grandes rasgos. En su primer disco también hay una inclinación bastante notoria por el Rhythm and Blues  (con una versión excelente de I Put a Spell On You de Screamin´ Jay Hawkins) y, lo que es más curioso, Psicodelia. El homónimo se inclina en momentos puntuales al sonido demencial, pausado y lisérgico de la Psicodelia, siendo quizás lo menos americano de todos los géneros mezclados en el Rock añejo del cuarteto. Gloomy es uno de los mejores ejemplos de Psychedelic Rock del álbum, con una letra bastante oscura y bastante genial también.

Instrumentalmente no nos encontramos ante virtuosos, pero tocan bastante bien. Una base rítmica sólida, un trabajo de guitarras excepcional, con buenos riffs reconocibles, mucho feeling, bastante variedad en un trabajo que apenas supera la media hora de duración. La voz de John Fogerty todavía no alcanza las cotas de sentimiento, la interpretación soberbia que alcanzaría en discos venideros, también es verdad que las composiciones no dan paso a ello, salvo Ninety-Nine And a Half, con unas líneas vocales excelentes. Nos encontramos ante 8 canciones de gran calidad, destacando la larga Susie Q, con más de 8 minutos y sobresaliendo por encima del resto de temas, apoyada en cambios constantes, jugando con la Psicodelia, el Blues y las improvisaciones. Cerrar con Walk On The Water, todo un pelotazo, con una línea de bajo espectacular, también ayuda a dar sensación de calidad para el oyente.

Estos chavales darían obras de mayor calidad con el tiempo, pero su debut ya sienta los cimientos estilísticos y líricos de lo que nos entregarían en pocos años, pero ahora con una cierta inclinación psicodélica, como podréis adivinar por la portada. El origen de una banda que, si bien no tiene el reconocimiento de otras, en cuanto a discos, variedad, originalidad y calidad, puede enfrentarse directamente con muchas bandas de la época y lugar. No os va a saber a poco ni mucho menos.

Espero que os hayan gustado disco y reseña. Es más que probable que siga subiendo discos de esta gente. Un saludo, y hasta la próxima.

viernes, 27 de enero de 2012

The Queen is Dead - The Smiths [1986]

Libre. Así es como se define uno tras haber terminado la primera tanda de exámenes en la universidad, libre hasta Junio, vamos. Como ya os advertí, iba a abandonar un poco el Blog, pero una vez tengo todo finiquitado, ya puedo dedicarme a escribir. Por medio han pasado muchas cosas, como la caída de Megaupload (menos mal que siempre he sido más amigo de Mediafire), los follones de La Ley SOPA y Anonymous hackeando a diestro y siniestro, entre ellas páginas como Universal y Sony Music...

Yo ya os advierto, que el día que sea imposible meter descargas en las reseñas (siempre aconsejo comprar el producto original, si contáis con meedios), me dedicaré a reseñar única y exclusivamente los discos, amén de alguna cosilla que salga (videojuegos, etc). No os voy a dejar sin tochacos, je.

Bueno, una vez os he dicho lo que tenía que decir, ya me puedo dedicar a hablaros del disco que os presento hoy. He elegido un clásico que reconozco que debería haber escuchado antes, pero eso no quita que me haya tenido atrapadísimo las últimas semanas. The Queen is Dead es el tercer disco del mítico grupo de Manchester, The Smiths. Tuvieron una vida corta, que continuó con la carrera solista de su carismático líder y vocalista, Morrissey, pero su legado es enorme. El Indie, el Rock Alternativo, el Jangle Pop, incluso bandas que influirían en el Britpop como The Stone Roses le deben muchísimo a The Smiths, no en vano comparten orígenes. Su importancia en los 80 es brutal, bebiendo del Post-Punk pero con un sonido nuevo y brillante.


En estructura, nos volvemos a encontrar con un trabajo que sigue una línea muy bien estudiada. Los 10 cortes no alcanzan los 40 minutos, facilitando su escucha. El primer corte, tema homónimo, es un puñetazo en la mesa. No solo es uno de los cortes más potentes del disco, con una base rítmica muy sólida especialmente por la batería y Marr trazando sus característicos riffs, sino que la letra es toda una declaración de intenciones en contra de la monarquía y las desigualdades sociales en el Reino Unido. El sentido del humor ácido e implacable de Morrissey es un sello de la banda. Ojead las letras, porque son excelentes. Frankly, Mr. Sankly es otro tema muy satírico, con el dinero y el trabajo como protagonistas. Otro de los puntos cumbre del disco llega con la balada I Know It´s Over, de casi 6 minutos de extensión. Introspectiva, desgarradora, depresiva y autodestructiva. La influencia palpable del Post-Punk de Joy Division se hace presente aquí, no solo en el apartado musical. Una de las referencias del disco. Cemetry Gates es curiosa, los riffs acústicos y la luminosidad del tema lo hacen más alegre de lo que venimos escuchando hasta ahora. The Boy With The Thorn In His Side, la favorita del cantante, con unas líneas vocales exquisitas, otro tema bastante negativo (y de estos tenemos unos cuantos).

Por supuesto, no podemos terminar la reseña sin hablar del tema más reconocido de The Smiths, típico, tópico, y también mi favorito, la inmensa There Is A Light That Never Goes Out. Romántica a la par que depresiva, con un estribillo brillante y estremecedor, las texturas de guitarras de Marr alcanzan otro nivel, en tonalidad, color, contrastes... el apartado instrumental es rico, la interpretación vocal muy sentida, poco más se le puede pedir. Ahí dejo un cachito:

And if a double-decker bus
crashes into us
To die by your side
is such a heavenly way to die
And if a ten-ton truck
kills the both of us
To die by your side
well, the pleasure, the privilege is mine

Brutal, ¿eh? Pues es la carta de despedida de mi reseña. Espero que os haya gustado, y espero retomar la línea de publicaciones pre-exámenes. Un gran saludo a todos los lectores.



jueves, 19 de enero de 2012

Cuatro años


Esta vez no toca hablar de música. Por estas fechas, además de los inapelables exámenes, no suelo estar boyante por lo que os quiero mostrar ahora. Quiero hacer un pequeño paréntesis en la tónica habitual de este Blog para presentaros algo más personal, íntimo y seguramente menos atractivo a simple vista. Cuando estas líneas sean publicadas ya será día 19 de 2012, cuarto aniversario del fallecimiento de mi abuelo materno, Jesús. Yo, que siempre había pensado que cómo sería, que cómo lo llevaría, puesto que afortunadamente no me he visto sometido a muchas pérdidas desde que tengo memoria, sí una anterior. Pues bueno, se llevó como se llevan estos casos, con tristeza, pero sobre todo resignación. Recuerdo que mi primera reacción al conocer la noticia fue pegarle un puñetazo a la pared. Bueno, tenía 15 años.

El hombre tenía algunos problemas de salud, renales (tenía que acudir a diálisis periódicamente) y diabetes que, esperemos, no me toque heredar. Se fue desgastando, si bien, afortunadamente, nos dejó de un infarto fulminante. No sufrió más de lo debido, tuvo una muerte digna.

Mi abuelo fue un buen hombre. Cuando lo "conocí" ya tenía dos nietos (en tres nos hemos quedado), así que estaría acostumbrado a cumplir su función de abuelo. Siempre me trató como a un nieto, con sus caprichos (dentro de lo lógico, nada de malcriar), sus cosillas. Con los años el hombre se fue debilitando, como es lógico, pero siempre estuvo. Solíamos ir a casa de mis abuelos, a la capital, cada dos semanas. Yo, que solo he conocido a los de mi madre, he estado bastante unido. Todavía tengo a mi abuela, quien tiene la mala fortuna de cumplir años el día 21. Cosas de la vida.

Era evidente que lo quería. "Coño, es tu familia". Pues sí, la familia más cercana que tengo, aparte de mis padres. Me dijeron siempre que nos parecíamos de carácter, en lo bueno y en lo no tan bueno. Muchas personas lo conocieron mucho mejor que yo, así que hablaré de lo que sé: era una buena persona, trabajador (ya podría haber heredado yo esto, leñe), con su punto temperamental, pero siempre anteponiendo a los demás. Ya no está entre nosotros, y claro, no podrá leer esta humilde entrada, pero lo importante es que su recuerdo queda vivo entre los que los conocimos. Es bastante complicado no emocionarse escribiendo estas líneas, pero bueno, soy un ser frío y me las ingenio bastante bien, aun teniendo a Joy Division de fondo.

Un último apunte. Su nombre completo era Jesús Pablo Lasierra Moliner, natural de Luna (Zaragoza), y murió en Zaragoza. Como os podréis imaginar, mi nombre viene de su segundo nombre, así que, a la postre, le debo, de alguna manera, algo más de lo que puede parecer a simple vista, aparte de incontables visitas a dicho pueblo que han ido ganando en calidad e interés con los años. Un último adiós cuatro años después de un nieto agradecido. Siempre serás recordado.

We are, we are still life...

3 - Junio -1932 - 19 - Enero - 2008
Requiescat in Pace

sábado, 14 de enero de 2012

Lulu - Lou Reed & Metallica [2011]

Uff. UFFF. Este es un análisis complicado, seguramente la reseña más difícil que he hecho, o un top 3 como mínimo. Seguramente el disco más polémico del año pasado, superando incluso al Illud Divinum Insanus de Morbid Angel (el cual todavía no he escuchado, pero debe de ser estupendo para echarse unas risas). ¿Qué pasa si mezclas a la banda más conocida del Metal, los cuatro jinetes de San Francisco, uno de los pioneros (que no el único) del Thrash Metal, con una de las mayores eminencias habidas y por haber en el Rock experimental y vanguardista? Pues sí, lectores, aquí se encuentran Metallica y Lou Reed. ¿Cual es el problema, previo a la escucha del disco? Que muchos se tomarán Lulu como un disco de Metallica, cuando no es así. Esto es un disco de Lou Reed con la colaboración de los otros, no nos confundamos. El disco nuevo de Metallica saldrá, en teoría, a lo largo del año.



Esto es una bestia distinta. ¿Qué coño es Lulu? Una mezcla de riffs en clave de Metal (no en el sentido más tradicional de la palabra, desde luego), Lou Reed recitando sobre un fondo instrumental una obra densa, conceptual y difícil, con esporádicas intervenciones de James. La mayoría de los críticos lo han tildado de puta mierda y yo no les voy a decir que no. Se trata de una obra compleja, excesivamente personal e incluso incomprendida. Yo solo digo que, gustándome ambos artistas (conozco mejor a Metallica y a The Velvet Underground que a Reed en solitario, ciertamente), puedo decir que no me parece tan malo como lo pintan. No es una maravilla, cierto, pero tampoco tan malo. Eso sí, si querían sorprenderme, lo han logrado. Vamos por partes:

La parte lírica tiene como base la ópera Lulu del suizo Alban Berg, estrenada a comienzos del siglo XX, una visión desarraigada y desoladora del erotismo femenino, con tintes trágicos y todo bastante sórdido. Como a mí me gustan este tipo de cosas, tenía unas ganas brutales de escucharlo.

En cuanto a lo musical, es un poco lo que os he dicho antes, pero con matices. El trabajo instrumental es mayormente idea de los de San Francisco, bastante machacón, intentando crear atmósfera. En general es simple, con pocos riffs que sobresalgan (alguno hay, de todos modos) y una base rítmica poco aprovechada. Trujillo es un gran bajista, pero Lars... bueno, Ulrich nunca fue un gran batería, vamos a dejarlo ahí. Lou Reed recita, a todas horas, más que cantar. Esto ha levantado hachas, antorchas y ampollas a lo largo y ancho de los fans de Metallica. ¿Sabéis qué? Me gusta el resultado. Pesimista, oscuro, decadente, dramático y teatral, que, a fin de cuentas, es lo que demanda el disco. De vez en cuando aparece James, el cual canta un rato mejor que de costumbre, ya que su voz está muy cascada. Hay más variedad de lo que parece a primera vista, en cuando a estructura y composición: Brandenburg Gate con su inicio acústico, The View, fue el adelanto y es uno de los mejores temas, aunque diste de ser una maravilla, con un riff sólido y directo, contando con el párrafo más reconocible y parodiado del disco:


I AM THE TABLE!!!

Exacto, la famosa mesa. La letra en sí me gusta, pero ese párrafo es para partirse. Luego hay cosas más escuchables, o más fáciles de escuchar, vaya, como Pumping Blood, con algo parecido a un violín, que degenera en algo más psicótico. Tenemos también Mistress Dread, que es la canción más "Metallica", del disco, con un riff que bien nos podría recordar al Death Magnetic, y Reed algo forzado, pero en su línea. Una arrancada en un disco de tempo bastante lento. Luego Iced Honey, un tema cercano al Hard Rock, algo más melódico y facilito de escuchar. El primer CD cierra con Cheat On Me, donde Reed llora, se desgañita, en un ritmo plomizo y funeral... alargado más de 11 minutos, vale. No es todo tan malo, vaya. 

El CD2 sí que tiene temas largos, vaya, los "cortos" están en torno a los 8 minutos. Uno de ellos, Frustration, es de lo mejorcito del trabajo de lejos, con un riff pesadísimo y ritmos más marcados, con un final más dulce que agrio, de nuevo, más propio de Metallica. Las 3 restantes no mejoran mucho lo visto: Little Dog es Lou Reed cantando una balada excesivamente larga y sin mucho sentimiento, Dragon es más dinámica y tiene trozos salvables, con cambios de ritmo muy marcados y un apartado vocal por encima de la media, buena letra también. Cerramos con una perla de casi 20 minutos, Junior Dad, el ejemplo claro de tema con poca chicha alargado sin necesidad. Casi la segunda mitad del tema es ambiental, pero falto de alma, que lastra lo demás, aunque el tema en sí tampoco es la repera. Cada elemento va a su bola, una falta de respeto a la armonía.

Como veis, no iba a ensalzar el disco, pero quería dar una perspectiva crítica, tanto buena como mala. El disco me cuesta ponerlo de tirón, pero tiene momentos que no desentonan. También valoro las agallas de Metallica para sacar cosas así después de las críticas. Que hable el público, yo ya he dicho prácticamente todo lo que tenía que decir.

Es un disco doble largo, denso, que no justifica tanta duración, pero no os dejéis llevar por las críticas. Seguramente no os guste, pero hay que escucharlo para poder opinar. Os dejo el Link, y ya me contaréis. Espero que os haya gustado la reseña, un saludo. Para la siguiente, algo de más calidad.





martes, 10 de enero de 2012

The Bends - Radiohead [1995]

Soy consciente de que el ritmo de actividad del Blog ha bajado, y ay, lo que bajará. Es lo que tiene ser universitario durante el frío mes de Enero, por mucho que me guste dedicar tiempo al Blog. Tras esta "disculpa", ya tengo la conciencia más tranquila. Ahora me pongo a lo mío, que es escribir.

Hablar de unos gigantes como Radiohead no es nada fácil, por diversas razones. Son tan odiados como amados. Genios vanguardistas, herederos de la conceptualidad de Pink Floyd y la mejor banda de los últimos 20 años (o de la historia, para los fans más atrevidos) para algunos, y un puñado de músicos mediocres y pretenciosos encumbrados por gafapastas para otros. Sabéis que, de los dos extremos que suelo comparar, tiendo a no posicionarme nunca en uno. Me parecen una banda genial, con una evolución muy curiosa, reinvención constante y discos interesantísimos en cuanto a letras, pero compararlos con mis queridísimos Pink Floyd me resulta, cuanto menos, descabellado. Su popularidad, las miles de reseñas a las que sus discos se han visto sometidos y demás, merman bastante el hecho de que esta reseña sea mínimamente original o interesante. Pero creo que se han ganado un hueco en mi reproductor, y por ende, en mi Blog. Señoritas, allá voy:


Este es el segundo disco del quinteto británico, tras un debut bastante mediocre, pero con un hit, Creep, que les perseguirá durante varios años. Buscando quitarse la etiqueta de one hit wonder, dos años después sacan al mercado este disco. Esto es como los Pink Floyd del Meddle: se ve que hay una calidad por encima de la media, pero todavía nos encontramos ante seres humanos. No sería hasta el lanzamiento de OK Computer donde se alejarían de etiquetas estúpidas y se destaparían como genios. O genio, ya que la figura de Thom Yorke, cantante, compositor, tirano y ojopipa, destaca por encima de sus compañeros.

No os voy a engañar, The Bends todavía mantiene algún ramalazo estilístico con su predecesor, Pablo Honey (por cuestiones de nombre siempre me pareció muy lol el título, como podréis imaginar): una innegable influencia del Britpop y, en menor medida, de los Nirvana de Seattle, que nunca me apasionaron. Con letras algo más trabajadas, introspectivas, pesimistas, pero mejor desarrolladas, un sonido más limpio, más cuidado y sin caer en la premisa "más distorsionado = mejor", Radiohead empieza con su evolución imparable. Rock Alternativo, ni más ni menos, pero empezamos a encontrar un cierto grado de originalidad y clase en sus composiciones, además de bastante inteligencia a la hora de colocar los temas por orden. Abrimos con un tema atmosférico, Planet Telex, donde el teclado crea una atmósfera bastante artificial (un adelanto de lo que nos esperará en su próximo trabajo) y comienzan los pequeños experimentos. The Bends es Rock Alternativo de riff, de estribillo y de contrastes, con una parte central mediorapeada (lol), un tema crudo envuelto en un halo de soledad, la de su vocalista. El punto de vista de las letras todavía es bastante adolescente, no tan crítico como lo que vendrá. Es el turno de dos buenas baladas, High and Dry y Fake Plastic Trees, algo más sentida la segunda, para mí, que conste. Las baladas de Radiohead, por lo general, exaltan ese sentimiento de pesimismo, con unos buenos riffs acústicos y la melódica y personal voz de Yorke. Es más completa de lo que parece a simple vista, pese a ser una voz bastante "desnuda" y poco trabajada desde lo técnico, no canta nada mal, apoyado en un falsete extraordinario, un timbre personalísimo y capacidad de variar, claro, sin arriesgar demasiado. El principal inconveniente del disco es que es menos variado que otros discos de Radiohead, clasificándose principalmente entre baladas acústicas, temas más rockeros (es uno de sus discos más enfocados a las guitarras y los solos) y cosas que no son ni la una ni la otra, canciones de corte más Pop. Un buen corte sería Bones, de lo más guitarrero (y ese riff de bajo, omá), directo, con transiciones muy marcadas y un contraste estrofa-estribillo demoledor, acentuado por el magnífico falsete y una letra aplastante. Posiblemente mi corte favorito del disco junto a My Iron Lung. La segunda mitad del disco sigue una tónica bastante similar, pero con unos pocos de cortes que se merecen ser mencionado: la poderosa My Iron Lung, y Bullet Proof... I Wish I Was. La primera canción comienza calmada, rítmica y desquiciante, pero luego se vuelve muy guitarrera, creando un muro de sonido aplastante, voces petadas a efectos , percusión muy marcada y cambios, la siguiente vuelve a ser otro medio tiempo pausado. Ojo a la letra, donde Yorke expresa sus dudas sobre toda la sensiblería que emana, como si a veces no le gustase ser tan vulnerable, tan así (cuan bien comprendo eso). El riff arpegiado de Black Star, que cuenta con una melodía bastante atrayente y, para finalizar, Street Spirit (Fade Out), majestuosa, épica, cambiante, melódica, guiada por alguno de los mejores riffs acústicos de la banda... la letra es brutal. Rabia, impotencia, mientras tu mundo se viene abajo, ante tu frustración.

Resumiendo: un disco de gran importancia en la década, donde Radiohead empiezan a encontrar su sonido propio con éxito, con una madurez letrística y compositiva palpable, pero con margen de mejora. Eso, y la repetición puntual de fórmulas impiden que considere a su segundo disco una obra maestra, pero las bases están sentadas. Supongo que tarde o temprano hablaré del OK Computer, que es mi favorito de ellos, pero antes, quería reseñar algo más cercano, más humano.

Con esto termino la reseña del aclamado The Bends. Nunca es fácil reseñar discos tan aclamados y vilipendiados a partes iguales, pero espero que mi reseña haya podido interesar a quien haya tenido tiempo de leerla. No es perfecto, pero tiene ideas muy buenas, un conjunto sólido y sienta las bases de las dos obras maestras que le seguirán. No sé cuando volveré a subir algo, porque no dispongo de mucho tiempo, pero manteneos atentos. Un saludo, y hasta la próxima.

PD: la portada es de las más feas que he visto en mi vida.




jueves, 5 de enero de 2012

Two Hunters - Wolves In The Throne Room [2007]

Muchas veces, me siento delante del ordenador y pienso, "pues podría escribir algo para el Blog, ahora que tengo un ratico libre". Sin embargo, elegir disco es una tarea más compleja: tienes que elegir un disco, estudiarlo bien, sacarle todo el jugo que puedas (o quieras) y presentarlo de manera que resulte apetecible al lector. Lo último se torna complejo cuando toca "presentar" a un disco o artista consumados, de los que todo el mundo ha oído, puesto que poco o nada se puede añadir a un trabajo mil veces analizado. Afortunadamente, este no es el caso, es un disco relativamente desconocido al gran público, pero con sus aficionados entre los que nos hemos interesado por el Metal Extremo de forma no tan convencional.


Como podéis apreciar en la foto, no nos encontramos ante una banda típica del género. Es más, estos norteamericanos participarán, de forma sorpresiva (o no tanto, porque tela) en el Primavera Sound 2012, festival de música Indie, Alternativa, gafapasteo en general. Formados en Olympia, Washington, allá por el 2004, nos encontramos ante una banda que ya ha editado 4 discos, siendo este el segundo y el mejor de todos ellos. No es, por lo tanto, la banda de Black Metal europea típica, donde el corpsepaint, las letras misántropas, los punteos trémolos y los blast beats sin descanso alguno están a la orden del día. Wolves In The Throne Room pertenecen a la escuela del "Cascadian Black Metal", establecida por Weakling a principios de la década con un brillate Dead As Dreams, salido al mercado en el año 2000.

¿Qué tipo de Black Metal practica este trío? Ni simple ni llanamente, pero la definición es clara: Atmospheric Black Metal, con influencias arraigadas en los ya mencionados Weakling, pero también en bandas noruegas, como los primeros Ulver y, claro está, Burzum. No es una de las mil copias de Burzum tampoco, sin llevar la atmósfera cruda a extremos, aquí impera la melancolía, las progresiones sencillas y los riffs interminables. Entre los riffs característicos del Black Metal atmosférico encontramos muros de sonido y ruido con influencia del Post-Rock y el Shoegaze, si bien no son lo suficientemente notables para meterlos en el saco de bandas como Alcest, Altar of Plagues o Deafheaven, la mezcla de estilos (sumadle a ello ciertos toques de Folk, y sonidos de la naturaleza) es llamativa. Una fórmula que muchas bandas están llevando a cabo con distintos resultados, aquí nos encontramos con una de las que más éxito ha tenido, y, en mi opinión, de mayor calidad.

En cuanto a los temas, pocos, muy buenos y, por lo general, muy largos. Dea Artio funciona como intro, un tema instrumental, el más Shoegaze de todos, con reverberación abundante y paredes densas de sonido , funciona como un preludio a Vastness and Sorrow, ya una canción mucho más Black Metal, con una producción descuidada a propósito, y cambios de ritmo marcados por los oscuros y fríos riffs de guitarra, que se alarga hasta los 12 minutos. Cleansing se divide claramente en dos partes: los primeros 4 minutos en plan ambiental, Folk/Post-Rock/Ambient acompañados por una suave voz femenina, hasta que entra la furia desatada, con riffs agresivos con un puntito atmosférico, aunque más a piñón fijo que en el tema anterior, batería aceleradísima y shrieks notables. Cuando el tema se acerca a su final el ritmo baja, con un riff más pausado y que nos recuerda de nuevo a Burzum.

Para cerrar el disco tenemos el tema más largo, y seguramente el mejor: los más de 18 minutos de I Will Lay Down My Bones Among The Roots And The Rocks, con un comienzo pausado y acústico hasta que entra el primer riff. Podríamos decir que, a grandes rasgos, el último corte presenta todas las características anteriores: cambios de ritmo más apoyados en los riffs que en la base rítmica (que aquí gana bastante protagonismo, con un trabajo más sencillo y práctico que técnico), conjugando los rasgos ya descritos: mezcla de Black Metal atmosférico con Post-Rock/Shoegaze, voces típicas del género combinadas con otras más profundas y guturales (las más profundas son novedad en el disco) , riffs largos e hipnóticos, buscando la atmósfera y que van progresando de forma súbita pero simple. Además, aquí nos encontramos con un par de interludios bastante oscuros, sin la agresividad del Black, calma, pero una calma pesada y negra, para luego volver con fuerza. Una espiral de melancolía, violencia, sentimientos facturados a través de unas texturas exquisitas en las guitarras, cargadas de sentimiento y con muchísima atmósfera, para terminar en un deminuendo con suaves voces femeninas. El Black Metal no ha muerto, está más vivo que nunca si las bandas se deciden a probar caminos nuevos y no anclarse en las fórmulas de siempre.

En cuanto a las letras, si se salen de lo "lógico" en el Black Metal, es porque se dedican a hablar de la naturaleza de una manera bastante espiritual, casi simbiótica, los bosques, los ríos, en comunión con la paz y el alma, otro rasgo que los distingue, aunque también es verdad que cada vez hay más alternativas líricas en un estilo tan marcado por los tópicos, la polémica y el satanismo. De lo que no se libran es que de que su logo sea ilegible, pero vaya, lo digo como nota de humor.

Con esto termino la reseña. Espero que os hayan gustado, tanto disco como reseña. Un saludo y hasta la próxima.


lunes, 2 de enero de 2012

A Dramatic Turn Of Events - Dream Theater [2011]

Desde el Blog os envío un gran feliz año 2012 a todos, y qué mejor que inaugurar el nuevo año con otro buen disco, ¿no? Pues va a ser con otro trabajo reciente, de Septiembre del ya pasado año. Septiembre cundió muchísimo y bastantes artistas que personalmente me interesan sacaron disco, uno de ellos son los estadounidenses Dream Theater. Muy esperado el ya onceavo trabajo de la banda más reconocida del Metal Progresivo, con el añadido de que, su batería, corista y miembro fundador Mike Portnoy abandonó la banda antes de la grabación del mismo, tardando un año en anunciar un nuevo sustituto, tocayo además, Mike Mangini, y muchos se preguntarán, ¿estará a la altura? Lo sabremos en el siguiente disco, ya que la batería la ha compuesto Petrucci. Pero aun así, aquí os lo dejo:



¿Qué me dices? ¿Que los Dream Theater quieren que toque con ellos la batería? O sea, ¡qué fuerte!

Tras la jocosa imagen, os hablo del disco más seriamente. Había mucho interés, a nivel de público, por saber el resultado del disco, más allá de la incorporación de un nuevo instrumentista. ¿Supondría la marcha de Portnoy el abandono de los derroteros más modernos y metaleros (solo mirad su nuevo proyecto, Adrenaline Mob, talento desperdiciado en mi opinión) en pos de un sonido más clásico y progresivo? Como suele pasar, ni una cosa ni la otra. Todavía hay guiños al sonido que empezaron a desarrollar a partir de Train of Thought (que sigue siendo un gran disco, cosa que no se puede decir de los que le siguen), pero, en general, sí que se han vuelto más clásicos. John Petrucci y Jordan Rudess toman el completo protagonismo, y esto es especialmente bueno en pos del segundo, con un trabajo de teclas que no se le escuchaba desde Six Degrees Of Inner Turbulence. ¿Entonces, en qué quedamos?

Pues para mí es el mejor disco que sacan desde Train of Thought, aun sin llegar al nivel general de éste, y superando a los 3 anteriores. A niveles de discografía, se queda en uno de sus trabajos intermedios, pero dentro de los mejores de ese montón, nunca discutiendo a sus grandes obras de los 90. No sorprenden en demasía, tiene detalles buenos y cosas bastante planas, pero el nivel no estaba demasiado alto, tristemente. El único tema realmente malo es Build Me Up, Break Me Down, que a base de sintetizadores y ritmos machacones intentan hacer una suerte de los Disturbed más cansinos sin mucho resultado. Hay cosicas modernas y más machaconas de lo debido, pero más difusas y encuadradas en temas mucho más dinámicas, como Lost Not Forgotten, cuya segunda mitad aplasta a la primera, sobre todo gracias a ese solo infinito. Curioso como han explotado su vertiente sinfónica y melódica con On The Backs of Angels y el interludio de Outcry. Las baladas aportan bastante poco al conjunto, lejos de ser malas, James Labrie tiene una ejecución correcta, en el mejor sentido de la palabra, sin perderse en agudos innecesarios ni sufrir, todo en tonos medios. No entiendo tanta mala baba hacia el vocalista canadiense, en serio. La gran ausencia es una batería de peso, pero bueno, es comprensible cuando la ha compuesto un guitarrista, cumple sin florituras.

Bridges in the Sky y Breaking All Illusions, junto a Outcry (y el primer corte, en menor medida) conforman la élite del disco, un intento de recuperar la gloria de los viejos Dream Theater, con bastante acierto, pero sin alcanzar la excelencia. Bridges in the Sky abre muy melódico pero de forma inquietante, trazando buenos riffs y un final exquisito, gracias a la aportación melódica de Rudess, que suena más clásico que nunca, en contraste a un Petrucci más veloz y frenético. Outcry empieza algo más discreta, pero el interludio (bastante sinfónico, como el comienzo) y un instrumental exquisito la sitúan entre las mejores canciones que han hecho en años, bestial, esto parece Liquid Tension Experiment por momentos. Labrie cambiante y preciso, Myung (segundo damnificado de la ausencia de un batería de cara a la base rítmica) suena de vicio... vaya, que gran tema.

Bridges in the Sky, el penúltimo tema y el más largo, algo más de 12 minutos, entre dos temas ligeros para dar por cerrado el nuevo trabajo de estos gigantes. Desarrollo a priori clásico, pero destilando técnica, un tema repleto de cambios de intensidad y mucho feeling.  Un disco largo, casi 80 minutos para 9 temas, pero que confirma que Dream Theater siguen vivos, y mejor que en años. Estas son mis opiniones sobre el disco, espero que os haya gustado la reseña. Hasta la siguiente.