Esta vez no toca hablar de música. Por estas fechas, además de los inapelables exámenes, no suelo estar boyante por lo que os quiero mostrar ahora. Quiero hacer un pequeño paréntesis en la tónica habitual de este Blog para presentaros algo más personal, íntimo y seguramente menos atractivo a simple vista. Cuando estas líneas sean publicadas ya será día 19 de 2012, cuarto aniversario del fallecimiento de mi abuelo materno, Jesús. Yo, que siempre había pensado que cómo sería, que cómo lo llevaría, puesto que afortunadamente no me he visto sometido a muchas pérdidas desde que tengo memoria, sí una anterior. Pues bueno, se llevó como se llevan estos casos, con tristeza, pero sobre todo resignación. Recuerdo que mi primera reacción al conocer la noticia fue pegarle un puñetazo a la pared. Bueno, tenía 15 años.
El hombre tenía algunos problemas de salud, renales (tenía que acudir a diálisis periódicamente) y diabetes que, esperemos, no me toque heredar. Se fue desgastando, si bien, afortunadamente, nos dejó de un infarto fulminante. No sufrió más de lo debido, tuvo una muerte digna.
Mi abuelo fue un buen hombre. Cuando lo "conocí" ya tenía dos nietos (en tres nos hemos quedado), así que estaría acostumbrado a cumplir su función de abuelo. Siempre me trató como a un nieto, con sus caprichos (dentro de lo lógico, nada de malcriar), sus cosillas. Con los años el hombre se fue debilitando, como es lógico, pero siempre estuvo. Solíamos ir a casa de mis abuelos, a la capital, cada dos semanas. Yo, que solo he conocido a los de mi madre, he estado bastante unido. Todavía tengo a mi abuela, quien tiene la mala fortuna de cumplir años el día 21. Cosas de la vida.
Era evidente que lo quería. "Coño, es tu familia". Pues sí, la familia más cercana que tengo, aparte de mis padres. Me dijeron siempre que nos parecíamos de carácter, en lo bueno y en lo no tan bueno. Muchas personas lo conocieron mucho mejor que yo, así que hablaré de lo que sé: era una buena persona, trabajador (ya podría haber heredado yo esto, leñe), con su punto temperamental, pero siempre anteponiendo a los demás. Ya no está entre nosotros, y claro, no podrá leer esta humilde entrada, pero lo importante es que su recuerdo queda vivo entre los que los conocimos. Es bastante complicado no emocionarse escribiendo estas líneas, pero bueno, soy un ser frío y me las ingenio bastante bien, aun teniendo a Joy Division de fondo.
Un último apunte. Su nombre completo era Jesús Pablo Lasierra Moliner, natural de Luna (Zaragoza), y murió en Zaragoza. Como os podréis imaginar, mi nombre viene de su segundo nombre, así que, a la postre, le debo, de alguna manera, algo más de lo que puede parecer a simple vista, aparte de incontables visitas a dicho pueblo que han ido ganando en calidad e interés con los años. Un último adiós cuatro años después de un nieto agradecido. Siempre serás recordado.
We are, we are still life...
3 - Junio -1932 - 19 - Enero - 2008
Requiescat in Pace
Pues muy bien, aplaudo tu iniciativa. Esta es una forma de mostrarle respeto como cualquier otra y seguro que a él le encantaría saber que le recuerdas con tanto cariño.
ResponderEliminarAnimo en estas fechas y ya nos leeremos con cosas más alegres.
Un saludo.
Que la gente se interese por esta entrada me alegra más casi que por cualquier reseña.
ResponderEliminarEn breves el Blog retomará su actividad normal. Un saludo, y gracias.