sábado, 14 de enero de 2012

Lulu - Lou Reed & Metallica [2011]

Uff. UFFF. Este es un análisis complicado, seguramente la reseña más difícil que he hecho, o un top 3 como mínimo. Seguramente el disco más polémico del año pasado, superando incluso al Illud Divinum Insanus de Morbid Angel (el cual todavía no he escuchado, pero debe de ser estupendo para echarse unas risas). ¿Qué pasa si mezclas a la banda más conocida del Metal, los cuatro jinetes de San Francisco, uno de los pioneros (que no el único) del Thrash Metal, con una de las mayores eminencias habidas y por haber en el Rock experimental y vanguardista? Pues sí, lectores, aquí se encuentran Metallica y Lou Reed. ¿Cual es el problema, previo a la escucha del disco? Que muchos se tomarán Lulu como un disco de Metallica, cuando no es así. Esto es un disco de Lou Reed con la colaboración de los otros, no nos confundamos. El disco nuevo de Metallica saldrá, en teoría, a lo largo del año.



Esto es una bestia distinta. ¿Qué coño es Lulu? Una mezcla de riffs en clave de Metal (no en el sentido más tradicional de la palabra, desde luego), Lou Reed recitando sobre un fondo instrumental una obra densa, conceptual y difícil, con esporádicas intervenciones de James. La mayoría de los críticos lo han tildado de puta mierda y yo no les voy a decir que no. Se trata de una obra compleja, excesivamente personal e incluso incomprendida. Yo solo digo que, gustándome ambos artistas (conozco mejor a Metallica y a The Velvet Underground que a Reed en solitario, ciertamente), puedo decir que no me parece tan malo como lo pintan. No es una maravilla, cierto, pero tampoco tan malo. Eso sí, si querían sorprenderme, lo han logrado. Vamos por partes:

La parte lírica tiene como base la ópera Lulu del suizo Alban Berg, estrenada a comienzos del siglo XX, una visión desarraigada y desoladora del erotismo femenino, con tintes trágicos y todo bastante sórdido. Como a mí me gustan este tipo de cosas, tenía unas ganas brutales de escucharlo.

En cuanto a lo musical, es un poco lo que os he dicho antes, pero con matices. El trabajo instrumental es mayormente idea de los de San Francisco, bastante machacón, intentando crear atmósfera. En general es simple, con pocos riffs que sobresalgan (alguno hay, de todos modos) y una base rítmica poco aprovechada. Trujillo es un gran bajista, pero Lars... bueno, Ulrich nunca fue un gran batería, vamos a dejarlo ahí. Lou Reed recita, a todas horas, más que cantar. Esto ha levantado hachas, antorchas y ampollas a lo largo y ancho de los fans de Metallica. ¿Sabéis qué? Me gusta el resultado. Pesimista, oscuro, decadente, dramático y teatral, que, a fin de cuentas, es lo que demanda el disco. De vez en cuando aparece James, el cual canta un rato mejor que de costumbre, ya que su voz está muy cascada. Hay más variedad de lo que parece a primera vista, en cuando a estructura y composición: Brandenburg Gate con su inicio acústico, The View, fue el adelanto y es uno de los mejores temas, aunque diste de ser una maravilla, con un riff sólido y directo, contando con el párrafo más reconocible y parodiado del disco:


I AM THE TABLE!!!

Exacto, la famosa mesa. La letra en sí me gusta, pero ese párrafo es para partirse. Luego hay cosas más escuchables, o más fáciles de escuchar, vaya, como Pumping Blood, con algo parecido a un violín, que degenera en algo más psicótico. Tenemos también Mistress Dread, que es la canción más "Metallica", del disco, con un riff que bien nos podría recordar al Death Magnetic, y Reed algo forzado, pero en su línea. Una arrancada en un disco de tempo bastante lento. Luego Iced Honey, un tema cercano al Hard Rock, algo más melódico y facilito de escuchar. El primer CD cierra con Cheat On Me, donde Reed llora, se desgañita, en un ritmo plomizo y funeral... alargado más de 11 minutos, vale. No es todo tan malo, vaya. 

El CD2 sí que tiene temas largos, vaya, los "cortos" están en torno a los 8 minutos. Uno de ellos, Frustration, es de lo mejorcito del trabajo de lejos, con un riff pesadísimo y ritmos más marcados, con un final más dulce que agrio, de nuevo, más propio de Metallica. Las 3 restantes no mejoran mucho lo visto: Little Dog es Lou Reed cantando una balada excesivamente larga y sin mucho sentimiento, Dragon es más dinámica y tiene trozos salvables, con cambios de ritmo muy marcados y un apartado vocal por encima de la media, buena letra también. Cerramos con una perla de casi 20 minutos, Junior Dad, el ejemplo claro de tema con poca chicha alargado sin necesidad. Casi la segunda mitad del tema es ambiental, pero falto de alma, que lastra lo demás, aunque el tema en sí tampoco es la repera. Cada elemento va a su bola, una falta de respeto a la armonía.

Como veis, no iba a ensalzar el disco, pero quería dar una perspectiva crítica, tanto buena como mala. El disco me cuesta ponerlo de tirón, pero tiene momentos que no desentonan. También valoro las agallas de Metallica para sacar cosas así después de las críticas. Que hable el público, yo ya he dicho prácticamente todo lo que tenía que decir.

Es un disco doble largo, denso, que no justifica tanta duración, pero no os dejéis llevar por las críticas. Seguramente no os guste, pero hay que escucharlo para poder opinar. Os dejo el Link, y ya me contaréis. Espero que os haya gustado la reseña, un saludo. Para la siguiente, algo de más calidad.





4 comentarios:

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  2. Parecerá raro, pero a mi me gustó, más que la mayoría de cosas de Metallica, excepto los dos primeros discos, y eso que tampoco soy demasiado fan del señor Reed, pero me gustó la atmósfera que transmite. Aunque coincido en que tanto el disco como los temas son largos en exceso.

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  3. El problema real es que muchos se han acercado al disco por la porción ''Metallica'' y no por el bueno de Lou, y solo asi se entiende los comentarios de los paletos de turno, pero bueno, que se puede esperar de un metalhead.

    Reed ha contratado a los angelinos para que toquen de fondo sobre revisiones de canciones como The Murder Mystery, The Gift o Lady Godiva's Operation, y poco más hay que rascar. El problema, claro, es que hay que tener algo de puta idea de que significa esto.

    El disco no es bueno, simplemente porque las canciones no lo son, pero no porque Reed recite o no ''tenga buena voz'' o porque se 'repitan riffs continuamente'' porque eso es algo que no solo ha estado ahí siempre, si no que le ha hecho la leyenda que es hoy. Como experimento tiene su gracia, y no es un Berlin o un Transformer, pero tampoco un Metal Machine Music.

    A estas alturas de la película no se que se le puede exigir a Reed, prefiero mucho más este hambre por seguir experimentando, o hacer lo que a uno le da la gana, que ver a Bob Dylan sacando discos de villancicos por navidad o a Springsteen revolcándose en la autocomplacencia y entregando año tras año mediocridades.

    Lou Reed como siempre, un paso por delante de todos, incluso para lo malo.

    P.D. Muy buena la reseña Pablo, y bastante arriesgada. Es un placer leer a alguien que mima los detalles tanto.

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  4. Disco mediocre injustamente tratado.

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