Doy señales de vida, para variar. No sé si a lo largo de la vida del Blog he reseñado algo de Thrash Metal, cosa tristemente lógica, es un estilo que escuchaba bastante en su día pero que terminé por abandonar un poco. Pues bien, hace poco se filtró el disco nuevo de Overkill, The Electric Age, y uf. Ese "uf" significa que tarde o temprano lo reseñaré, porque me ha parecido una sobrada de disco que me ha hecho reengancharme a la banda, de lo mejor del año y más teniendo en cuenta que hablamos de una banda veteranísima y con muchos discos a sus espaldas, que ya venían de editar un muy sólido Ironbound en 2010 y el nuevo me ha parecido incluso mejor. Pero en fin, para esos ya habrá tiempo, ahora voy al clásico. Finales de los 80, el Thrash en pocos años sería enterrado en el underground, pero todavía quedaban joyitas. Aquí una:
Hablar de Overkill es hablar de una institución dentro del Thrash Metal. Siempre a la sombra de otros nombres como Metallica o Slayer, prácticamente contemporáneos (y digo prácticamente porque Overkill como tal empiezan un año antes, en 1980), o de sus compañeros Anthrax, ambas bandas Neoyorkinas. Sin embargo, y hablo a nivel de discografía clásica, no tienen nada que envidiarles, mucho menos a día de hoy, que vienen de editar dos discos de nivel altísimo y seguramente sean la banda clásica en mejor forma compositiva, como ya os he comentado antes. Lo que viene siendo su discografía intermedia (1993-2007) prácticamente la desconozco, pero tengo entendido que mantuvieron la dignidad la mayor parte del tiempo, con un Thrash ya muy apegado al Groove Metal. No os voy a negar que nunca han sido de mis favoritas, por la voz de Bobby "Blitz" Ellsworth, pero oye, nunca es tarde si la dicha es buena. Siempre consideré a The Years of Decay como su mejor disco, el cuarto de ellos. Contundente, preciso y variado, y más teniendo en cuenta que es su último disco con un sólo guitarrista, que se iría tras este disco, Bobby Gustafson. Vamos a echarle un vistazo más de cerca.
El primer tema abre con una intro típica de batería con peso de los cimbales, ritmo semilento hasta que entra un grito agudo y los riffs. Time to Kill no es un estallido de velocidad, sino Thrash que te mata a medio tiempo, con un bajo altísimo (excelente labor la del omnipresente Verni, por algo puse su foto). Un tema muy rítmico y nada lineal, con una parte media bastante lenta precedida de unos riffs melódicos. Tiene partes que yo consideraría proto-Groove (no en vano el disco está producido por Terry Daye, ingeniero de sonido de los tales Pantera), antes de recuperar el riff inicial para dar por finalizado el tema. No hace falta tirar de palm mute ultraveloz para hacer buen Thrash Metal, además, las guitarras suenan más duras, más contundentes, la afinación ha bajado y se nota a simple oído. El segundo corte es Elimination, sigue el nivel del primero, pero algo más rápido y con la tesitura vocal todavía más aguda, y las frases potenciando la sensación de velocidad. El estribillo entra enseguida, y es devastador. Los solos avasallan sin descanso al oyente. Empezamos bien, con dos de mis favoritas del disco, y una máquina cojonudamente compenetrada y bien engrasada. El nivel de cohesión instrumental es perfecto.
Ahora toca algo todavía más directo, un corte que no alcanza los 4 minutos, otro tema de esos de "me cago en todo", es I Hate. Igual de afilado con un plus de mala leche, más directo y un puntito más veloz, con ese aura de suciedad y mala baba heredado directamente del Punk, también los coros, muy sólidos y muy punkarras, también la base rítmica. El solo es veloz y en los cánones del Thrash. Nothing To Die For apenas sube el minutaje, y el bajo vuelve a tener protagonismo, muy buena intro, hasta que entran las guitarras. Aquí sí, se aumenta la velocidad en el riff principal, con un buen sentido de la melodía. De este tema destaco sobre todo la base rítmica, los cambios ejecutados por la batería y el sólido doble bombo quedan reforzados por la unión y lucimiento del bajo de D.D. Verni, junto a Bobby Ellsworth, único miembro estable de la banda y líderes incontestables de la formación. Buen solo para finalizar.
El quinto tema es una demostración de que Overkill no sólo thrashean de lo lindo, sino de que también pueden meterse en otros terrenos y salir airosos. Playing With Spiders/Skullcrusher es un pequeño experimento de la banda, con una duración que sobrepasa los 10 minutos, empieza con un riff medio tapado y bastante más Heavy que en otros temas... pero es un mero espejismo. Que se os grabe ésto: 0:54, tomad riff Doom. Sí, Doom Metal, con una onda muy a lo Black Sabbath pero potenciado, con el ritmo muy marcado, pesado, plomizo y que arrasa con todo lo que pilla por debajo. Las voces, a ratos agudas como siempre, a ratos algo más profundas y amenazantes. Más riffs, más oscuridad... hasta casi los 5 minutos, que la cosa vuelve a la normalidad. Thrash a medio tiempo tirando a lento, aullidos y bajo hasta arriba de volumen. De nuevo la base rítmica funciona como Dios, y mira que el tempo varía. El solo quizás es el mejor del disco, hasta volver a la tónica Doom de la primera mitad del tema, con una interpretación vocal escalofriante. Que cojonazos tienen, de verdad. Pero ahora volvemos a lo de siempre: Thrash de factura exquisita. Birth of Tension, volvemos al Thrash a medio tiempo que influenciaría a toda la movida Groove de los 90, pero con más feeling y un puntito más de velocidad en los riffs que siguen. Who Tends The Fire es otro tema largo, más de 8 minutos, con un inicio acústico pero amenazante, y luego un desarrollo lento, rítmico y muy marcial, a mí personalmente me recuerda al ...And Justice For All en ese sentido, concretamente a la homónima. Intercalamos riffs más potentes con partes acústicas, la voz algo más lastimosa que de costumbre (me ha recordado a cómo canta en Taking Over) todo muy claustrofóbico, y le da más variedad a un disco que ya de por sí es mucho más variado que la entrega media del estilo. Otra de mis canciones favoritas del disco, y casi por ende de la banda.
Quedan un par de temas antes de dar por cerrado al disco: el corte homónimo, The Years of Decay, de nuevo inicio acústico, esta vez más limpio y realmente cantado, con la faceta más melódica de Blitz, alargando las notas. Casi llegando al minuto tres, volvemos al riffing lento y asesino, que me vuelve a recordar a cierto disco del 88 de Metallica, pero con un bajo como Dios manda, el final es algo más Heavy, y los gritos altísimos de Blitz parecen de Dickinson, salvando las distancias. Otro gran corte, fruto de la inspiración de la banda, que, como ya os digo, tiene su punto más alto aquí. E.Vil N.Ever D.Ies también empieza despacio, pero luego aumenta el ritmo y la intensidad. La base rímtica muy precisa, la batería sobre todo. Aquí el ritmo cobra peso por encima de los riffs de guitarra, y las voces bien punzantes, como a mí me gustan. Hay brevísimos momentos acústicos, alternancia entre caña y melodía, y oscuras partes con protagonismo total del bajo, el final para rematar sí es Thrash a la yugular. Muy cambiante todo.
Con ésto vamos terminando la reseña, el disco dura más o menos 56 minutos, y es un pepinazo, obra seminal para cualquiera que deguste buen Metal, y para mí su mejor disco. Si queréis algo más directo pero contundente ,(aunque las guitarras están afinadas de forma más grave) y ya con dos hachas en su formación, tirad por Horrorscope, que también es de los mejores. Si en cambio buscáis ese Thrash con influencias NWOBHM/Punk, yo que vosotros me decantaría por su debut Feel the Fire, como gustéis. El caso es que he tardado mucho en reseñar algo, cosas de la universidad (y sigo liado, de hecho), así que espero que con este discazo la próxima espera se os haga más llevadera. Un saludo a todos.
Quedan un par de temas antes de dar por cerrado al disco: el corte homónimo, The Years of Decay, de nuevo inicio acústico, esta vez más limpio y realmente cantado, con la faceta más melódica de Blitz, alargando las notas. Casi llegando al minuto tres, volvemos al riffing lento y asesino, que me vuelve a recordar a cierto disco del 88 de Metallica, pero con un bajo como Dios manda, el final es algo más Heavy, y los gritos altísimos de Blitz parecen de Dickinson, salvando las distancias. Otro gran corte, fruto de la inspiración de la banda, que, como ya os digo, tiene su punto más alto aquí. E.Vil N.Ever D.Ies también empieza despacio, pero luego aumenta el ritmo y la intensidad. La base rímtica muy precisa, la batería sobre todo. Aquí el ritmo cobra peso por encima de los riffs de guitarra, y las voces bien punzantes, como a mí me gustan. Hay brevísimos momentos acústicos, alternancia entre caña y melodía, y oscuras partes con protagonismo total del bajo, el final para rematar sí es Thrash a la yugular. Muy cambiante todo.
Con ésto vamos terminando la reseña, el disco dura más o menos 56 minutos, y es un pepinazo, obra seminal para cualquiera que deguste buen Metal, y para mí su mejor disco. Si queréis algo más directo pero contundente ,(aunque las guitarras están afinadas de forma más grave) y ya con dos hachas en su formación, tirad por Horrorscope, que también es de los mejores. Si en cambio buscáis ese Thrash con influencias NWOBHM/Punk, yo que vosotros me decantaría por su debut Feel the Fire, como gustéis. El caso es que he tardado mucho en reseñar algo, cosas de la universidad (y sigo liado, de hecho), así que espero que con este discazo la próxima espera se os haga más llevadera. Un saludo a todos.
Muchas gracias por la reseña, un gusto leerla. Voy a descargar si me gusta lo compraré. Bueno para mi gusto el Taking Over es su mejor trabajo.
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