viernes, 23 de diciembre de 2011

Pink Floyd - Wish You Were Here [1975]

No hace mucho tiempo hice una reseña del magnífico El Patio de Triana, hablando del auge del Progressive Rock y demás. Pues bien, volvemos al mismo año, pero hablando del mejor disco que salió entonces y mi segundo LP favorito de estos ingleses, tras el celebérrimo The Dark Side of the Moon. Muy pocas bandas están a la altura de sacar un disco tan magnífico, menos incluso de tener varias obras maestras en su catálogo, de construir discos que harían temblar la historia del Rock. Pues bien, Pink Floyd es uno de esos gigantes, y aquí uno de sus discos más importantes, tanto musical como conceptualmente.

El apartado lírico es una de las muestras de la grandeza de Pink Floyd, aclamados por sus elaboradísimos discos conceptuales. ¿Sobre qué versa Wish You Were Here? Se pueden trazar dos líneas, dos historias a lo largo de los cinco cortes del disco. Una de ellas, representada por los temas Welcome to the Machine y Have a Cigar nos relata los entresijos de la industria musical, cruel, donde el empresario exprime al músico y luego lo tira a la basura, la adulación constante, la ironía con la que se trata... y tan irónicamente, que Roy Harper, vocalista en Have a Cigar, afirma que nunca se le pagó lo que se le debía por su participación. El otro hilo conceptual trata sobre la desintegración del antaño líder de la banda, Syd Barrett, el cual, tras años sin verlo, apareció con menos pelo, bastantes más kilos, desorientado y con una apariencia bastante decadente, fruto de sus adicciones que le costaron su salida de la banda tras apenas grabar dos discos, y uno de ellos con poca presencia (A Saucerful of Secrets, del 68).



Tres de los temas (las dos partes de Shine On You Crazy Diamond y la homónima) están dedicadas al viejo Syd, y además, es interesante saber que no es el único sitio donde se le mencionaría, directa o indirectamente (4 años después se lanzaría The Wall al mercado, la autodestrucción de la estrella del Rock, otra clara referencia a Barrett). Otro dato curioso son las iniciales del tema dividido en dos partes: Shine on You Crazy Diamond, iniciales de su nombre, o que en Have a Cigar (volvemos con el tema) se pregunta por "Pink", que será el eje central de The Wall. Feedback lo llaman algunos, genialidad lo llamo yo.

Dejando de lado las anécdotas, que se cuentan por miles, vamos al álbum. Abrimos con la "primera parte" de la suite que es Shine On Your Crazy Diamond, y lo pongo entre comillas porque realmente son nueve partes, las 5 primeras en el primer corte y de la 6 a la 9 en el quinto y último tema del disco. Armónicamente genial, un tema donde los sintetizadores (en paz descanse el señor Wright, de mis teclistas favoritos) y los saxofones (tanto alto como tenor) cobran protagonismo, donde se suceden los cambios de intensidad, dando ese "color" o "brillo" tan particular, los solos de guitarra de Gilmour, tan excelentes y cargados de feeling, cerrando con arpegios que terminan con un fade out (desvaneciéndose lentamente) hasta dar paso al siguiente tema, Welcome to the Machine, una pieza pausada y con abundante presencia de los sintetizadores, con un aire abrumador. Ojead el videoclip, es una maravilla, desgarrador y violento como ninguno. La máquina succionadora que es la industria musical, puesta a caldo con maestría. Continuamos con Have a Cigar, presidida por la voz de Roy Harper, un tema muy rockero (¿Animals, 1977, alguien?) donde destacan los riffs de bajo y guitarra, acompañados por la batería, donde las lastimosas líneas vocales juegan un papel crucial, claro, esta voz es nueva en la banda, le da algo distinto. Es el tema más corto, en torno a cinco minutos, mostrándonos la faceta más directa de la banda.

Los dos últimos temas merecen un párrafo aparte, como podéis ver. En primer lugar, vamos a hablar de Wish You Were Here, que enlaza directamente con la anterior, con sonidos poco nítidos a propósito hasta que suena Gilmour. Grabada con una guitarra de doce cuerdas, esta pieza acústica se convirtió, por derecho propio, en una de las canciones más reconocidas de la banda, y eso es decir mucho, por su capacidad de conmover, su letra, y la delicada voz de Gilmour, que además de ser un guitarrista extraordinario, acaricia oídos con su voz que da gusto. Descorazonador:


So, so you think you can tell heaven from hell, 
blue skies from pain.
Can you tell a green field from a cold steel rain?
A smile from the veil? Do you think you can tell?

Did they get you to trade your heroes for ghosts?
Hot ashes for trees? Hot air for a cool breeze?
Cold confort for change? And did you exchange
a walk on part in the war for a lead role in a cage?

How I wish, how I wish you were here.
We´re just two lost souls swimming in a fish bowl,
year after year,
running over the same old ground.
What have we found? The same old fears.
Wish you were here.

La canción cierra con un solo de violín casi imperceptible, así que hace falta prestarle muchísima atención para no perder detalle, dicha sección de viento enlaza con el final del disco, las partes VI-IX de, otra vez, Shine On You Crazy Diamond. Otra progresión lenta, con alternancia entre guitarras, y las armonías vocales situadas a mitad de la canción, terminando con una pequeña parte de la melodía de See Emily Play, uno de los temas de Barrett para la banda, editado como single en el 67. Conforma mi teoría de que el disco es tanto una mirada adelante como un vistazo atrás, compuesto por un puñado de visionarios que nos deleitaron con alguna de la mejor música que se puede escuchar. Un broche de lujo con unas letras geniales, fruto del talento (y también del ego) de Roger Waters.

Con esto termino la reseña, espero que os haya gustado. Un saludo, y hasta que vuelva a subir algo. Por cierto, en discos como este es un crimen poner "mejores temas".











3 comentarios:

  1. Últimamente tu blog esta a un nivel de excelencia muy alto. Creo que deberías seguir por este camino y que te ha venido bien airearte un poco del peso del otro blog.

    Te animo a continuar, y para poner mi granito de arena te he enlazado en el blog para intentar conseguirte visitas.

    Un saludo.

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  2. Ya lo vi, ya. No se me ocurría qué subir, así que tiro de clásico y más un disco que tiene mucha carga personal.

    Gracias, y me alegro de que te guste.

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  3. Está muy bien, Pablo. Wish you were here es uno de mis discos favoritos. Me siento muy políticamente correcto, pero los que más escucho de Pink Floyd son The Dark Side of the Moon y The Wall, pero Animals y éste no andan lejos.
    Nunca está de más tirar de clásicos, nunca fallan.
    ¡Saludos!
    Tomás
    http://elladooscurodelaluna.com

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