Pokémon Blanco y Negro llegaron a nosotros a finales del año 2011, 4 años después de Diamante y Perla. Como la Nintendo 3DS ya estaba en el mercado, se criticó mucho que no saliese para esa consola, aunque ya presentaría, junto a su secuela, alguna función exclusiva de la sucesora de la ya difunta Nintendo DS. Os comenté que Diamante y Perla me parecieron más conservadores de lo debido, pues bien, afirmo sin ningún tapujo que la quinta generación es lo que debería de haber sido la sexta. La DS era totalmente capaz de mover esos gráficos, más pulidos y vivos que la anterior generación, con las criaturas en constante movimiento, y fragmentos con acercamientos obvios a las 3D que sí aprovechan la potencia técnica de la consola. La banda sonora continúa en su evolución hacia terrrenos más modernos, con algunos temas para quitarse el hipo (el tema de combate de Ghechis, con su atmósfera siniestra basándose en el tritono, es de lo mejor que se ha hecho para toda la franquicia, en mi opinión).
¿Tiene un momento para hablar de Jesús?
Existen unos cambios más, importantes por supuesto, que afectan a la mecánica. Uno es tan importante como el reparto de la experiencia: una criatura de menor nivel que el adversario ganará un plus de experiencia, mayor conforme la diferencia de niveles, y cuanto mayor sea el nivel del Pokémon usado, menor será la experiencia recibida. Se ve que la fórmula, aunque interesante, no ha calado: Pokémon XY vuelve a la fórmula de experiencia tradicional. Las MTs, además, pasan a ser de uso infinito, algo que potencia la estrategia y facilita el juego, ahorrándonos quebraderos de cabeza. La inclusión de habilidades ocultas vía Dream World aumenta las posibilidades estratégicas todavía más, aunque no se trate de un salto tan notable como de segunda a tercera o de tercera a cuarta a nivel de metagame, sino una ampliación de lo que ya pudimos ver en DPP. En cuanto a la historia, tenemos al Equipo Plasma ante nosotros. Blanco y Negro cuenta, en conjunción con su secuela, con la historia mejor hilada (aunque no la que más me ha sorprendido, que quizás sea la del Y) y más elaborada de los Pokémon de portátil. Personajes tan enormes como Ghechis y sobre todo el carismático N tienen la culpa. No revelaré más, pero alcanza niveles de epicidad muy grandes.
La curva de dificultad continúa la línea del Diamante pero con modificaciones. Una variante de entrenadores, los enfermeros, aparecerán de forma puntual en travesías largas para curarte una vez derrotados. Eso facilita los viajes, pero a cambio, se aplican más mecánicas competitivas en los combates clave y los entrenadores son más duros de pelar. ¿Cuál es mi queja, entonces? Que, a la hora de jugar, lo he aprovechado mucho menos que los anteriores. Ayuda que yo soy universitario desde hace años y tengo menos tiempo, pero tampoco me enganchó tanto como los viejos. Eso sí, en Pokémon Online, manejando a tope el juego competitivo, he gozado las virtudes de la quinta generación como un enano. Con su secuela tuve el mismo problema, secuela de la cual...
... se puede hablar ya. Por supuesto, una secuela directa en el mundo Pokémon es toda una sorpresa. En lugar de una tercera edición, se introdujo una secuela directa, sucedida 2 años después del original. Por supuesto, empiezas en una localidad distinta, tienes un rival distinto y te encuentras con personajes distintos... además de alguno común. Y, por primerísima vez desde el anime...
MOLAR, nivel: Venustoise
... encontramos fusiones. En este caso, las dos formas alternativas de Kyurem: Kyurem Negro, fusionado con Zekrom, y Kyurem Blanco, fusionado con Reshiram. Imagino que esta novedad no se aplicará a XY, pero no deja de ser interesante: la base es Kyurem, que es el que ganará experiencia, pero adquiere, mediante la fusión vía punta ADN, un poder avasallador, con unos stats base de quitarse el sombrero. Pero quitando esta rara avis, poco más tenemos. Bueno, una ampliación del metagame curiosa, el retorno del siempre carismático N y el señor Ghechis, que mola mil... y ya. Un juego de Pokémon diferente pero con la misma base, distinto a una tercera versión, no tan continuista, pero ahí ahí. Merece la pena para el fan, además de que nos presentaba, por primera vez, un rival en condiciones: implicado, tanto aliado como rival con afán de superación, no un tocapelotas típico que aparece nada más que para combatir en momentos puntuales (gente cagándose en mi estampa y recordando a Azul en 3, 2, 1...). Así sí, coño.
Ya os adelanto que a lo largo de esta semana o la siguiente debería reseñar como es debido Pokémon XY, Y para ser más concretos. Que os sea leve el hype.
Deja de sacártela, carajo. Grande Tato.
ResponderEliminarFdo: Tetas.