POKÉMON ORO Y PLATA - GAME BOY
La primera ampliación de la familia Pokémon (que no de la saga y franquicia, que ya era una fiebre con juegos de Pinball, cartas, fotos y Stadium) llega a Europa en 2001, dos años después de su nacimiento original en Japón. Lo que conocemos como segunda generación, vaya. Como apunte biográfico, caté ambos juegos, porque tuve los dos, para mi comunión o algo así, que fue en 2001. La cifra de 151 especies de las primeras ediciones se vio ampliada a 251 (algunas realmente buenas, carisma y gustos aparte). Por supuesto, las novedades no terminan ahí. El juego incluía por "primera vez" (más allá de los Nidoran) el sexo en las criaturas. Permitía criar, los huevos, un gran avance dentro de la franquicia, especialmente para pasar Pokémon y para permitirles tener ataques que no aprendían de forma normal. El reloj interno y el paso del tiempo, con sus días y sus eventos, los contrastes entre día y noche (cosa que inexplicablemente no aparece en la tercera generación, pero sí en las posteriores), los climas (sol y lluvia), nuevas formas de evolución, tales como la evolución por amistad, los Pokémon shinies o variocolor, la terminología oficial en español, los pokémon errantes (legendarios que huyen siempre que pueden)... y claro, las portadas. Por primera vez, son Pokémon legendarios los que ocupan las carátulas de los juegos. A partir de la tercera generación esta separación tendrá más importancia, aquí los legendarios no son de encuentro obligatorio (puedes pasarte el juego sin cruzártelos, salvo en Cristal con Suicune) ni exclusivos, únicamente se altera el orden de aparición y el nivel. También mejoran los gimnasios, si bien no es la primera vez que proponen puzzles, estos ya empiezan a ser interesantes, el concurso de captura de bichos...
¿Notáis cómo los sprites están mucho más pulidos y los colores más definidos?
Dichas novedades son importantes, por supuesto, pero hay unas que quiero mencionar por encima de todas. La primera es la inclusión de nuevos tipos de Pokémon: Acero y Siniestro. Esto solo se ha hecho una vez, y realmente era necesario. Siniestro viene para impedir los abusos por parte de los Pokémon de tipo Psíquico que ya os especifiqué en la otra reseña, mientras que Acero es un tipo bastante defensivo en su naturaleza (algo de lo que prácticamente carecía la primera generación). El metagame mejora, está más equilibrado pero sigue teniendo sus fallitos. El lavado de cara de las MTs, alguna MO nueva, más ataques y más equilibrados... en fin, lo de cada generación, pero a nivel competitivo la cosa va mejorando. Donde definitivamente encontraremos el equilibrio será en la tercera generación, pero si la gente lo pide, ya os lo detallaré más adelante. Otro cambio importante es la aparición del Pokérus. No voy a explicar toda la mecánica de este virus benigno, pero sí diré su utilidad: una vez contagiado, el Pokémon que lo tenga duplicará los puntos de esfuerzo ganados en combate, haciendo que sus estadísticas mejoren más deprisa. Estadísticas que aumentan, dada la división del stat Especial en Ataque y Defensa Especiales, para dotar de un componente más estratégico los combates. La más importante bajo mi criterio es la ampliación del número de regiones y medallas, hecho totalmente insólito. Además de la nueva región de Johto, puedes volver a Kanto (Oro y Plata se sitúa pocos años después de Rojo y Azul). Así pues, tienes 16 medallas que ganar. Se trata de los únicos juegos de la franquicia, por supuesto junto a Cristal, en los cuales no tienes 8 medallas de gimnasio que obtener, sino el doble. No cuento otro tipo de logros en los juegos, como símbolos del frente, etc. Tampoco tenemos que olvidar que, por primera vez, podemos equipar ciertos objetos a los Pokémon, lo cual ayuda y mucho a fortalecer nuestro equipo.
El tema de la retrocompatibilidad y las funciones multijugador tienen una pequeña novedad obvia, pero en general se parecen bastante. Oro, Plata y Cristal permiten intercambiar Pokémon con Rojo, Azul y Amarillo siempre que sean Pokémon de primera generación y sin ataques nuevos, a través del apartado Cápsula del Tiempo. El resto de opciones multijugador son las mismas (intercambios y combates) pero sin retrocompatibilidad. Ya que vuelvo a mentar el Cristal, introdujo un par de novedades importantes. En primer lugar, la posibilidad de elegir el sexo de nuestro personaje, y la Torre Batalla, por categorías divididas según el nivel (del 10 al 100 en múltiplos del primero, prácticamente la torre más amplia de la saga). Estas torres opcionales serán recurrentes en la saga, como desafíos extra, generalmente tras superar por primera vez la Liga Pokémon.
Por supuesto, la base se mantiene. Seguimos teniendo iniciales de Fuego, Planta y Agua, un profesor que nos guía, un rival, un equipo malvado, siendo un resurgido Team Rocket el que nos intentará complicar la tarea... y vencer la Liga Pokémon, que no es el desafío final. El desafío final nos pone ante uno de los entrenadores más fuertes de la historia de los juegos, el protagonista del juego original: Rojo. Un reto a la altura de los mejores entrenadores. Por todos estos avances, la segunda generación está considerada como la mejor de la saga. Siento discrepar, para mí es y será la tercera, cosa que prometo explicar más adelante, pero desde luego hablamos de un gran juego. Más pulido que los anteriores, con gráficos mejorados, una historia algo más apañada (tampoco mucho), menús mucho más intuitivos para mayor comodidad, sumado a la gran cantidad de detalles que hacen que Oro y Plata sea una de las experiencias más redondas que pueden vivirse en una Game Boy. Si habéis seguido jugando a las ediciones recientes, comprobaréis que el juego ha envejecido, sí, pero mucho mejor que sus predecesores. Imprescindible para cualquier fan de la saga. Así como apunte a destacar, es más largo que muchos juegos de la generación actual de consolas.
Al igual que la primera generación, hecho que no señalé (supongo que los analizaré en su día), tuvieron su remake, esta vez en Nintendo DS, encuadrado en la cuarta generación, en general con unas críticas bastante buenas y unas ventas altas. Pero esto iba sobre las ediciones clásicas. A día de hoy no hay excusa para jugarlas con lo fácil que es encontrar un emulador y un ROM sobre el juego (ahí, fomentando la piratería de juegos clásicos). Si olvidáis que está más limitado que las ediciones posteriores, vais a encontraros con una de las cimas de la Game Boy, con una banda sonora ampliada y mejorada, un lavado de cara técnico que le sentó de maravilla, amén de nuevos Pokémon y localizaciones por explorar. Si podéis pasar por alto un juego con más de 10 años, lo vais a gozar a poco que os guste la saga. Palabra.