Buenas a todos. Segundo disco de los tres sobre el año 88 que os tenía planeado a corto plazo. Lo conozco mejor que el anterior y lo tengo original, dentro de mi modesta colección. Pero bueno, vamos a lo que vamos. Se trata del tercer disco de la banda de Seattle, de lejos su obra más importante y una de las piedras angulares en el desarrollo del Metal Progresivo, si bien su concepción y sonido se acerca bastante al Heavy Metal tradicional, de escuela americana a mitad de los 80, tanto por la ejecución de riffs, melodías, como el estilo vocal.
En la segunda mitad de los 80 el Metal Progresivo todavía no tenía forma definida, así que bandas como Watchtower (Thrash Metal) o los mismos Queensrÿche empezaron a experimentar con riffs y tempos más complejos que la media de sus contemporáneos. Sin llegar al virtuosismo que mostrarían bandas como Dream Theater, sin duda influídos por esta gente. Este es el zénit de su carrera, que nunca lograron igualar, y menos ahora, con una banda muy venida a menos desde la salida de su guitarrista líder Chris DeGarmo. Pero bueno, no es momento para lamentarse, sino para disfrutar de su obra más aclamada. Tanto que la crítica lo comparó con dos pesos pesados de la década anterior, en lo que a discos conceptuales se refiere: The Wall de Pink Floyd y Quadrophenia de The Who. Así que tendréis que leer bien las letras para enteraros de qué pasa. O mi descripción, vaya.
En cuanto a nivel vocal e instrumental, nos encontramos con uno de los mejores discos de Heavy Metal de los 80. Todo está a un gran nivel: los riffs, la excelente base rítmica, la descomunal voz de Geoff Tate, ese chorro de voz agudo que juega con nosotros como le da la gana... todo aderezado con elementos progresivos y una interpretación por encima de la media. Ahora os explico bien lo de la interpretación, porque para eso hay que meterse de lleno en las letras. Los 15 temas, entre intros, partes habladas, son buenos ejemplos del mejor Metal Clásico de los 80, sin caer en la monotonía o en estribillos facilones (estribillos hay, y muy buenos). Pero el eje central del disco, lo que le da verdadera maestría, son sus letras y la soberbia interpretación de las mismas. Os traduzco y resumo lo que pone en el libreto, de dónde sacó Tate la inspiración:
La idea de Operation: Mindcrime vino de golpe en una noche, sentado en un bando de madera detrás de una iglesia católica. Ya había estado antes en la Montreal cubierta de nieve en una gira anterior, y la ciudad y su gente eran mi musa. Una noche en un bar llamado St. Supice conocí al hombre que se convertiría en el Dr. X. La personalidad fría, calculadora y violenta de este hombre todavía me hace sentir incómodo mientras escribo ésto. Su carácter y su presunta implicación con una organización terrorista, sumado a otras personalidades que encontré en mis viajes fueron realmente la inspiración para este álbum.
I Remember Now es la intro. Un hombre desmemoriado se despierta tirado en un hospital, despreciado por su propia enfermera. Éste es Nikki, el protagonista de la historia, un pobre yonki que fue utilizado. El hombre intenta recordar y se nos cuenta su historia. Anarchy X es una instrumental que enlaza con el primer tema cantado, la poderosa Revolution Calling. La inteligente crítica a la sociedad global, que antepone el dinero a todo, la manipulación de los medios, la corrupción... entonces conoce al Dr. X, el "hombre con la solución". Operation: Mindcrime comienza con una parte hablada que ahora os explico: el Dr. X utiliza la palabra Mindcrime para manipular a Nikki, drogado, confuso, para que lleve a cabo asesinatos de índole política y según los intereses del criminal, una revolución subterránea. Speak nos devuelve a la posición de Nikki, sumiso y dispuesto a matar, pese a que desconoce los propósitos reales de la organización, que aboga por un nuevo orden, una utopía "justa" y la caída del gobierno, la quema de la Casa Blanca... introduciendo también los personajes del cura y de Mary. Ella es una ex prostituta metida a monja que servirá tanto de confesora como de amor del desgraciado protagonista.
Punto y aparte, porque la cosa se va calentando. Spreading the Disease profundiza en la relación entre Nikki y Mary. Volvemos a criticar el corporativismo, la superficialidad del modo de vida moderno, falsos y vacíos valores que gobiernan todo, hipocresía, dinero y poder, con uno de los mejores temas del disco. The Mission nos adentra directamente en la mente del protagonista, que empieza a sentir que está siendo manipulado, mientras aguarda la confesión y la compañía de Mary. Es un tema oscuro, la historia del dolor de un hombre engañado, cuya "misión" realmente no va a salvar el mundo. Musicalmente está bien adaptado, con ese inicio lento y pesado en acústico y la voz llorosa de Tate. La interpretación del vocalista a lo largo del disco me pone los pelos de punta.
Ahora toca el que es, sin duda, el tema más ambicioso, más progresivo, más Ópera Rock del disco. Una pieza de diez minutos y medio llamada Suite Sister Mary. El Dr. X es consciente de que ella y el sacerdote están demasiado cerca de Nikki y de que saben demasiado, no puede tolerar tal riesgo, y envía a Nikki a acabar con ellos, con su voluntad anulada. Lo más impresionante es que, en la parte vocal, la parte que parece ser cantada por una mujer, no así la parte hablada, la canta Geoff Tate. ¿Hasta donde llegaba el registro de éste hombre (4 octavas, creo)? Coros impresionantes, voces dobladas, cambios de ritmo y un desarrollo atípico para uno de los momentos álgidos de la historia. Nikki busca a Mary para acabar con ella, la cual ya reniega de su fe, y el cura. "I´ll close my eyes and you shoot!". Demasiado derramamiento de sangre, esto tiene que terminar, miedo y dolor. Tras este momento llega The Needle Lies. "Nunca confíes en la aguja", palabras de un pobre drogadicto que ha sido manipulado y abandonado por su jefe, buen trabajo de guitarra detrás. Un pequeño descanso con Electric Requiem, donde se hace patente la soledad y la desgracia de Nikki tras el horror que ha cometido, la tensión se desata. Una pausa que antecede a otro de los temas de peso del disco.
Breaking the Silence es como mínimo, conmovedora. La pena fluye, un hombre que intenta escapar, lleno de miedo y sin saber adonde ir, esperando una respuesta de alguien que nunca más volverá. Una triste historia sin final, con un Tate pletórico, sobre todo en el estribillo. Enlaza con otro tema que comparte bastantes características y calidad: I Don´t Believe in Love habla de nuevo de la espera, la desesperación y el desengaño de un Nikki ya detenido, que busca dejar atrás el dolor de lo que nunca pudo ser. La instrumental Waiting for 22 antecede a una corta My Empty Room, donde sigue recordando la noche en la cual asesinó a su amada. No puede dormir, no encuentra el perdón, está completamente solo. La canción número 15 y última, Eyes of a Stranger, es el broche final de la historia. Está solo, en la cama de un hospital, donde comenzó a contarnos todo. Se ve reflejado en un espejo a través de los ojos de otro, intentando recordar fragmentos del horror cometido, recordando a la única persona que le quiso. Hay un detalle que me parece genial y es que el disco termina con la misma frase que pronuncia Nikki en la intro: "I remember now". Volvemos a hablar de feedback, algo que me vuelve loco.
Una hora de viaje, una historia dura y cruel, con un final trágico. A mí desde luego me pone los pelos de punta y se me antoja un disco imprescindible en cualquier estilo. Espero que os haya gustado la reseña, yo realmente disfruto desgranando este tipo de discos. Un saludo y hasta la próxima.
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