viernes, 25 de octubre de 2013

Mis 20 discos de: Thrash Metal

Sé que tocaba una reseña de Pokémon XY, que es lo que los 4 gatos que puedan leer este blog últimamente esperarían. La habrá, por supuesto, pero todavía no, un poco más adelante. Ahora me apetece escribir sobre música, algo que llevaba mucho tiempo sin hacer en este blog. Me voy a permitir la coña de "el artista hace lo que quiere, si quiere cambia, si quiere vuelve a los orígenes, si le parece os deja a todos con el culo torcido". Ésto se me ha ocurrido, por así decirlo, en los últimos días. Un repasito breve en forma de 20 discos de algún estilo en concreto. Los créditos, a Richy, propietario del blog Galaxia de la Música, que es, a grandes rasgos, el que me dio la idea, ya que en su blog personal tiene varias listas de discos de este tipo. Recomiendo mirarlo, por supuesto, que siempre aprenderéis algo y hay buena variedad. ¿De qué va mi ranking ésta vez? De Thrash Metal, ni más ni menos.

A estas alturas imagino que la mayoría sabéis que mis gustos, siendo relativamente amplios y blablabla, suelen tirar por tonalidades progresivas, ya sea Rock, Metal, Folk, o incluso Pop y Electrónica Progresiva (bendita Escuela de Berlín), estos dos ya a cierta distancia. Podría haber subido una lista de 20 discos de Rock Progresivo y no hubiese pasado nada. ¿Por qué precisamente he elegido el Thrash Metal? Por varias razones. Primero, porque es un estilo que, especialmente entre mis 16 y mis 18 años, me ha dado bastantes alegrías y momentos de diversión. Segundo, porque me parece una de las columnas vertebrales en la historia del Metal: desplazó a la NWOBHM, cada vez más intoxicada de bandas clónicas (con sagradas excepciones, tanto en el terreno más clásico como nombres que influenciarían a las diversas bandas que voy a nombrar), terminó de romper con las convenciones melódicas del Metal de la época, apoyado en la creciente influencia del Hardcore Punk y, sobre todo, me he motivado a hacer una lista thrasher por el "ataque" que sufre últimamente. Lo he comentado más de una vez en Twitter: no es un estilo amplio, no es un estilo complejo de tocar, ni tan cerebral como otros. ¿Y qué? El Thrash gozó de buena salud por su frescura y su capacidad de generar riffs, además de su influencia en corrientes propias y ajenas, por aquello de que el Death y el Black le deben mil y el Metal y el Punk se retroalimentan constantemente. Por eso, y por los ratos que me ha hecho pasar, aquí va mi lista. Me dejaré mil cosas, pero demonios, son 20 grupos y 20 discos, además de mi lista personal y en el momento ¡claro que habrá cosas en el tintero! Están ordenados por fecha de lanzamiento, sin más.

Ride the Lightning - Metallica (1984)




El sophomore de la carrera de los de San Francisco es, en mi opinión, su pico creativo. Tonalidades Speed, arrancadas de velocidad, melodía, buen hacer, y, sobre todo, riffs de alta manufactura thrasher. Adelantado a su tiempo, a mi juicio más redondo que Master of Puppets. La homónima, For Whom The Bell Tolls o la semibalada Fade to Black, algunas de mis favoritas. Cualquiera de sus discos de los 80 podría estar en esta lista.

Bonded by Blood - Exodus (1985)




Si alguien me dijese de definir el Thrash Metal sin concesiones, o mencionaría el magnánimo Reign In Blood de Slayer, que salió el año siguiente, o éste. No es el más técnico, ni el que tiene mejor producción, ni el más brutal de los discos salidos en el género, pero da todo lo que promete: velocidad, una potencia descomunal, mucho sentido del ritmo, comandado por el que, para mí, fuese el vocalista más atinado de la banda de Gary Holt, el malogrado Paul Baloff. La homónima, Strike of the Beast y, sobre todo, Exodus, cuchillas oxidadas para el oído.

Hell Awaits - Slayer (1985)




"¡CÓMO! Algo debe estar mal, Pablo no ha puesto el Reign in Blood. ¡No me jodas, lo mencionas en la minireseña anterior como disco que ejemplifica al Thrash como nadie, y luego no lo pones! Blasfemia." Ya, bueno, pero, gustándome MUCHO ese disco, mi favorito de Slayer es éste. ¿Por qué? Porque tiene una atmósfera que pocos discos de Thrash han visto, retiene un sentido de la melodía, a su manera, exquisito, o contiene unos cambios de ritmo de infarto. Ojead Crypts of Eternity, una canción deliciosa, enrevesada y con la banda en estado de gracia, para entender de qué hablo. Si el mundo fuese justo ese tema tendría categoría de clásico. Aun así, como ya dije con Metallica, cualquiera de los discos clásicos de Slayer (los 5 primeros) tendría cabida en esta lista.

To Mega Therion - Celtic Frost (1985)



Éste disco se sale de la norma. Sí, en esencia es Thrash, pero el espectro de la cumbre de Celtic Frost (y mira que de ellos me gusta prácticamente todo, incluso paso el Cold Lake) es demasiado alargado: proto-Black, elementos sinfónicos e incluso vanguardistas, cadencias que luego adoptarían bandas de Death Metal,  riffs gruesos y densos, letras más oscuras y profundas... pero sobre todo, canciones. Mejora a los EPs anteriores, aportando temas redondísimos y muchos "ughs". Uno de mis discos favoritos en general, columna vertebral del incipiente Metal Extremo de la época, rematado por un portadón. ¡Calidad suiza, señoras!


Spreading the Disease - Anthrax (1985)




Si dicen que 1986 fue el gran año del Thrash, en ésta lista han tenido cabida más discos del año anterior. Manías mías y cada loco con su tema. Curiosamente éste disco salió 3 días después que el anterior, el 30 de octubre. Os presento a mi trabajo favorito de Anthrax. Menos Punk y más Heavy que el posterior, no tan Speed y tralla pura como su debut. Todo TEMAZOS, cantados en tesituras agudas y muy clasicorras, con una base rítmica potentísima. Las 4 primeras conforman un inicio demasiado arrollador como para olvidar este disco.

Darkness Descends - Dark Angel (1986)




Aunque me duela, el único disco de aquel mágico 1986 de la lista. Otros que no eran ni los más bonitos ni los más técnicos, pero lo que hacían, lo hacían jodidamente bien. Thrash Metal violento pero muy bien estructurado, menos caótico que la incipiente escuela alemana, repleto de canciones hechas para destrozar músculos. Como curiosidad, el magnánimo Gene Hoglan toca la batería aquí, siendo su primer LP oficial, hecho que se nota, y mucho, contribuyendo sobremanera al sonido final del plástico. Imprescindible.

The Ultra-Violence - Death Angel (1987)




Otra gran banda no tan valorada como debería ser. Han tenido discos mejores, peores, pero, con el funky Act III, su mejor trabajo. Thrash que mezcla elementos de la Bay Area con estructuras menos convencionales. Insultantemente fresco y juvenil, ayuda que la edad de alguno de sus miembros no llegase a los 18 por aquel entonces. Thrashers y el tema título, mis favoritas.

Eternal Nightmare - Vio-Lence (1988)




Germen de los posteriores Machine Head (que me gustan mucho pero son bastante más Groove y por eso no los he metido en la lista), el debut de Vio-Lence es Thrash Bay Area clásico: melódico, rápido, y con un vocalista que tira mucho de falsete. Mucho cariño le tengo a este disco, pues fue de mis inicios serios en el estilo. La descarga de riffs del tema título, Serial Killer o Kill on Command, serious business.

Dimension Hatröss - Voivod (1988)




No es mi disco favorito de los canadienses, pero Nothingface no me parece tan thrasher como para meterlo en la lista (en una de Prog Metal seguramente sí esté). El disco de la mutación total, Voivod se vuelven más radiactivos y disonantes, aumentando la complejidad de sus composiciones. Fue mi primer disco de esta gente y mentiría si dijese que me hechizaron de primeras, pero tiempo al tiempo. Hoy en día los disfruto muchísimo. ¿Motivos? Tribal Convictions, Chaosmöngers o Megasolutions to Megaproblems. Ahí van 3 motivazos para no dejar escapar éste disco.


Spectrum of Death - Morbid Saint (1988)



Hasta el momento he tirado de repertorio más clásico, pero ya basta. Toca un disco con mucha carga Death, con Eddie de Iron Maiden sin jeta, pasado por ácido. Toca tralla. Toca Morbid Saint. Te podrían pinchar este disco, decirte que salió de Alemania, y no notarías la diferencia prácticamente. Más abrasivos que la media del US Thrash Metal, pero sin el caos y la voracidad germana. Un punto medio. ¡Un punto cojonudo! 8 composiciones que no bajan el nivel.

Agent Orange - Sodom (1989)



Éste año también viene cargadito. Seguramente de las bandas de Thrash alemanas, mi favorita. Guitarrazos, un bajo que suena como un tiro, letras críticas sobre guerra, y desarrollos atípicos en su escuela. Lectura de temas muy inteligente, con una composición cuidada, no solo centrada en meter tralla infernal, con cierta variedad. Me cuesta elegir temas, pero: la homónima, Augesbombt o la magistral Remember the Fallen son piezas insustituibles.

Beneath the Remains - Sepultura (1989)




Menudo disco. Por poco ha entrado en la lista, porque Arise (1991) también es tremendo. Es ligeramente más redondo y al ser anterior, tiene más peso. Aquí los brasileños se confirman como una banda de élite, una fuerza descomunal. Salvajes, con muy buenos riffs, y una identidad muy reconocible. Pateaban culos, y lo sabían. Las dos primeras, mis favoritas, pero es tan redondo...

No More Color - Coroner (1989)



Más calidad suiza, con la precisión que se le presupone a esa nación (poesía fina, LO SÉ). Thrash técnico sin perder fuelle, con despliegues instrumentales bárbaros arropados por todas las características que hacen grande al estilo: riffs pegadizos, voces rasgadas, cambios de ritmo y un estupendo sentido de la dirección. Demasiado infravalorados para lo grandes que deberían ser. ¡Ni justicia ni pollas, Coroner mandan y no tu banda!

The Years of Decay - Overkill (1989)




UF. Una decisión dura, ¿éste u Horrorscope (1991)? Pues por muy poquito, éste. No tan directo, y con una sola guitarra, pero más variado, profundo, con un manejo bárbaro de los tempos, con temas incluso Doom, y una tripleta de temazos de apertura complicada de superar: Time to Kill, Elimination y I Hate. Otros que sin ser los más desenfrenados y veloces, se han ganado un lugar en mi corazón. Con toda sinceridad, una de mis bandas de Thrash favoritas. Honestos y muy regulares.


By Inheritance - Artillery (1990)




INMENSO. COLOSAL. MAGNÍFICO. Uno de mis discos de Thrash Metal favoritos de todos los tiempos y la cima indiscutible de estos daneses. Hay velocidad, hay medios tiempos, hay una cover hardrockera, un vocalista chillón que aun así deja por los suelos a muchos de su quinta, hay melodía, y sobre todo, hay una técnica superior a la media. Completísimo. La banda de los hermanos Stützer descargó varios de los clásicos de su catálogo en este disco. Khomaniac, Beneath the Clay o Don't Believe a Word, mis predilectas. Y me encanta la portada.

Never, Neverland - Annihilator (1990)




La mayoría de la gente suele decantarse por el debut. No les culpo, pero si éste es el favorito de Jeff Waters y el mío, por algo es. Además, siempre preferí la voz de Coburn Pharr a la de Randy Rampage. Más melódica, más expresiva y con más matices. No es tan agresivo como el debut, pero los desarrollos de The Fun Palace (mi tema favorito de los canadienses), Road to Ruin o el desenfreno de Kraf Dinner, me pueden. Tech Thrash del bueno y del bonito.

Rust in Peace - Megadeth (1990)




Ya tardaban en salir. De lejos mi obra favorita de los de Mustaine, mezclando hábilmente Thrash, Speed, Heavy, elementos técnicos e incluso progresivos, con abundante melodía, con letras de corte sociopolítico y una guerra de solos entre el ex Metallica y Marty Friedman de órdago. Su mejor obra, su mejor alineación, y un disco para la historia. Pocas bandas de Metal pueden parir un tema tan brillante como Tornado of Souls y no morir en el intento.

Coma of Souls - Kreator (1990)




Otra banda muy clásica que tardaba en salir. En los 80 son el epítome del Thrash violento, descontrolado y blasfemo, pura esencia alemana, pero mi favorito de ellos es éste. Reparte hostias como panes igual, pero con unas estructuras más trabajadas, algunos toques melódicos, y Petrozza en mejor forma. Tema por tema, lo considero su mejor disco.


Screams and Whispers - Anacrusis (1993)




He estado por no ponerlo porque está a medio caballo entre el Thrash y el Progresivo, por la misma razón que, doliéndome un poco, no he puesto a WatchTower. Una banda curiosa, que tan pronto acometía con violencia como metía compases poco comunes, teclados (teclados en el Thrash, WTF) y atmósferas oscuras y siniestras. Una propuesta original, que no es para todos los públicos, pero de sabor agradable. Mi favorito de esta gente.

The Gathering - Testament (1999)




Espero que no os olvidaseis de las huestes de Chuck Billy. Sí, sus discos ochenteros molan, sobre todo los dos primeros. Sí, tienen una discografía muy guay. Y sí, definitivamente, The Gathering es mi favorito. Más cafre, más elaborado, con una formación DE LUJO, con unos tales DiGiorgio al bajo, James Murphy en una de las guitarras y Dave Lombardo a la batería, en plan supergrupo, detalles más Death, mayor variedad de tempos, voces guturales... y canciones potentísimas.

Sé que me he dejado cosas, de hecho he ido enumerando discos en una lista preliminar hasta quedarme solo con 20. Han caído por el camino nombres tan relevantes como Sadus, los ya mencionados WatchTower, Metal Church, Mekong Delta, Forbidden, bandas más marcadamente Crossover como Suicidal Tendencies, el The Laws of Scourge de Sarcófago (me gusta mucho más que el INRI, personalmente), Deathrow, alguna banda moderna como Essence o Vektor... pero oye, no hay espacio para todos.

Espero que la lista os haya gustado. A los veteranos no os descubriré absolutamente nada, a los más novatos posiblemente os descubriré alguna cosilla interesante. Hasta la próxima, grumetes.


domingo, 13 de octubre de 2013

Pokémon Blanco y Negro / Blanco 2 y Negro 2 (Review)

¿Qué pasa, butaneros? Como os podréis imaginar, ya tengo Pokémon Y. VICIO. HYPE. TODO MUY EXAGERADO. Por supuesto, os contaré mis impresiones detalladas al milímetro cuando sea pertinente, pero de momento, mato dos pájaros de un tiro reseñando las dos tandas de juegos que pertenecen a la quinta generación. Las analizaré un poco de forma global, y por partes. Primero, lo que es menester.



Pokémon Blanco y Negro llegaron a nosotros a finales del año 2011, 4 años después de Diamante y Perla. Como la Nintendo 3DS ya estaba en el mercado, se criticó mucho que no saliese para esa consola, aunque ya presentaría, junto a su secuela, alguna función exclusiva de la sucesora de la ya difunta Nintendo DS. Os comenté que Diamante y Perla me parecieron más conservadores de lo debido, pues bien, afirmo sin ningún tapujo que la quinta generación es lo que debería de haber sido la sexta. La DS era totalmente capaz de mover esos gráficos, más pulidos y vivos que la anterior generación, con las criaturas en constante movimiento, y fragmentos con acercamientos obvios a las 3D que sí aprovechan la potencia técnica de la consola. La banda sonora continúa en su evolución hacia terrrenos más modernos, con algunos temas para quitarse el hipo (el tema de combate de Ghechis, con su atmósfera siniestra basándose en el tritono, es de lo mejor que se ha hecho para toda la franquicia, en mi opinión).


¿Tiene un momento para hablar de Jesús?


Existen unos cambios más, importantes por supuesto, que afectan a la mecánica. Uno es tan importante como el reparto de la experiencia: una criatura de menor nivel que el adversario ganará un plus de experiencia, mayor conforme la diferencia de niveles, y cuanto mayor sea el nivel del Pokémon usado, menor será la experiencia recibida. Se ve que la fórmula, aunque interesante, no ha calado: Pokémon XY vuelve a la fórmula de experiencia tradicional. Las MTs, además, pasan a ser de uso infinito, algo que potencia la estrategia y facilita el juego, ahorrándonos quebraderos de cabeza. La inclusión de habilidades ocultas vía Dream World aumenta las posibilidades estratégicas todavía más, aunque no se trate de un salto tan notable como de segunda a tercera o de tercera a cuarta a nivel de metagame, sino una ampliación de lo que ya pudimos ver en DPP. En cuanto a la historia, tenemos al Equipo Plasma ante nosotros. Blanco y Negro cuenta, en conjunción con su secuela, con la historia mejor hilada (aunque no la que más me ha sorprendido, que quizás sea la del Y) y más elaborada de los Pokémon de portátil. Personajes tan enormes como Ghechis y sobre todo el carismático N tienen la culpa. No revelaré más, pero alcanza niveles de epicidad muy grandes.

La curva de dificultad continúa la línea del Diamante pero con modificaciones. Una variante de entrenadores, los enfermeros, aparecerán de forma puntual en travesías largas para curarte una vez derrotados. Eso facilita los viajes, pero a cambio, se aplican más mecánicas competitivas en los combates clave y los entrenadores son más duros de pelar. ¿Cuál es mi queja, entonces? Que, a la hora de jugar, lo he aprovechado mucho menos que los anteriores. Ayuda que yo soy universitario desde hace años y tengo menos tiempo, pero tampoco me enganchó tanto como los viejos. Eso sí, en Pokémon Online, manejando a tope el juego competitivo, he gozado las virtudes de la quinta generación como un enano. Con su secuela tuve el mismo problema, secuela de la cual...




... se puede hablar ya. Por supuesto, una secuela directa en el mundo Pokémon es toda una sorpresa. En lugar de una tercera edición, se introdujo una secuela directa, sucedida 2 años después del original. Por supuesto, empiezas en una localidad distinta, tienes un rival distinto y te encuentras con personajes distintos... además de alguno común. Y, por primerísima vez desde el anime...



MOLAR, nivel: Venustoise

... encontramos fusiones. En este caso, las dos formas alternativas de Kyurem: Kyurem Negro, fusionado con Zekrom, y Kyurem Blanco, fusionado con Reshiram. Imagino que esta novedad no se aplicará a XY, pero no deja de ser interesante: la base es Kyurem, que es el que ganará experiencia, pero adquiere, mediante la fusión vía punta ADN, un poder avasallador, con unos stats base de quitarse el sombrero. Pero quitando esta rara avis, poco más tenemos. Bueno, una ampliación del metagame curiosa, el retorno del siempre carismático N y el señor Ghechis, que mola mil... y ya. Un juego de Pokémon diferente pero con la misma base, distinto a una tercera versión, no tan continuista, pero ahí ahí. Merece la pena para el fan, además de que nos presentaba, por primera vez, un rival en condiciones: implicado, tanto aliado como rival con afán de superación, no un tocapelotas típico que aparece nada más que para combatir en momentos puntuales (gente cagándose en mi estampa y recordando a Azul en 3, 2, 1...). Así sí, coño.

Ya os adelanto que a lo largo de esta semana o la siguiente debería reseñar como es debido Pokémon XY, Y para ser más concretos. Que os sea leve el hype.



jueves, 10 de octubre de 2013

Pokémon Diamante y Perla (Review)

Atrás quedaron las reseñas detalladas de las 3 primeras generaciones. Mientras me come vivo por dentro el hype esperando la llegada de Pokémon XY (servidor tiene la edición Y ya encargada y entre mañana y pasado debería llegar), y con su reseña prácticamente asegurada, he decidido dar un repasito a las dos generaciones que me quedan: cuarta y quinta. Vamos por partes.



Pokémon Diamante y Perla llegó a nuestro territorio allá por el julio de 2007. 4 años después de los magníficos Rubí y Zafiro, que vuelvo a recordar que se trata de mi generación favorita hasta el momento, Pokémon daba el salto a la doble pantalla. La Nintendo DS sería la encargada de acoger la cuarta generación de Pokémon. Aquí ya hubo quejas muy fuertes respecto al diseño de Pokémon, partiendo por los legendarios. "Parecen Digimon". A mí esto me la sopla, entre nostalgiafags y ser fan de Digimon desde hace años, pero sí se aprecia un cambio a la hora de crear criaturas, con diseños más complejos, no mejores, diferentes. Pero en fin, vamos al juego.

Gráficamente, se aprecia un salto respecto a sus predecesoras en GBA, por supuesto, pero el examen del tiempo ha demostrado lo que yo pensé un poco de primeras: que se habían quedado a mitad. No impresiona como me impresionó 4 años antes su predecesor, que aprovechaba bastante bien la arquitectura de Game Boy Advance. Ésto se queda, técnicamente hablando, como el eslabón medio entre GBA y NDS. Tiene acercamientos a unas falsas 3D que indicarían dónde irían los tiros a la postre: mejor implementadas en Blanco y Negro y el paso 3D definitivo que va a suponer la sexta generación. Es lo más destacable en ese sentido, así como unas buenas animaciones de combate... pero eso, el paso fue más saltito que carrerón. El mapa tampoco me pareció muy largo, mi primer vistazo fue algo así como "joder, qué corto, los 2 anteriores eran más largos". Luego vi que habría misiones y post-Liga suficientemente jugosas y me tuve que callar un poco.

Diamante y Perla puede pecar por un lado de inmovilista, pero para nada es un mal juego. Le metí más horas que al en teoría superior Negro (ya os contaré los motivos en su respectiva reseña). ¿Por qué? Porque la grandeza de la mecánica de la saga perrmanecía intacta, y el metagame pegó un nuevo salto tremendo. Si ya se venían cociendo mecánicas interesantes desde RZE, DP duplica este aspecto del metagame competitivo. Un mundo nuevo de posibilidades como la aparición de Espacio Raro o Trick Room, el cual empezó a usarse de broma y terminó siendo un arma clave en una estrategia centrada en torno al movimiento (durante cinco turnos invierte la velocidad del combate, es decir, los Pokémon más lentos atacarán antes). Algunos cambios en movimientos como Mofa también ayudarían a enriquecer el metagame particular. Pero, sin embargo, el cambio más importante será que, al fin, nacería la distinción definitiva entre Ataques Físicos y Ataques Especiales que conocemos a día de hoy. Así se aprovecharían mejor atacantes físicos de tipos antes encasillados como especiales, un ejemplo claro de esto es Gyarados, uno de los grandes beneficiados de la generación. También regresa el ciclo día-noche, tristemente ausente en la tercera generación, y de forma más completa, con 4 variantes en lugar de 2, que en Oro y Plata. Un cacareado regreso para aplaudir.


Lucario, uno de los grandes fichajes de la 4th gen


La banda sonora experimenta un pequeño bajón del cual creo que la saga no se ha recuperado. Sinceramente, la música de las 3 primeras generaciones me parece tan rematadamente grandiosa que los intentos de modernizarla, aun gustándome, no me llegan tanto como las anteriores. Cuestión de gustos, pero todo hay que reseñarlo. En cuanto al nivel de dificultad, me pareció, creo recordar, ligeramente más complicado que su predecesor. Las escenas están pulidas, nuevas formas de evolucionar, el añadido de varias evoluciones para criaturas del pasado, los puzzles puntuales siguen siendo adictivos... y se recupera la retrocompatibilidad, de forma bastante sencilla y sin necesitar doble consola, como sí necesitó por motivos evidentes (el salto generacional fue dentro de la misma consola) su sucesor. Algo que no me gustó fue la reinterpretación del Concurso Pokémon, que tantas alegrías me dio en Rubí y Zafiro, aquí no me llegó a enganchar, y seguramente a más de uno tampoco. Como prueba, que terminaron por desaparecer. Post-Liga seguimos teniendo un juego rico y lleno de cosas para hacer, desde legendarios hasta diversas misiones extra. Tenemos decenas de horas y horas de diversión asegurada.

A nivel general, no me parece la mejor por lo ya explicado. A nivel jugable, está mejor equilibrada que NB, avanza la historia respecto a las anteriores, Platino introduce como novedad niveles del estilo del Mundo Distorsión, con su particular jugabilidad. Cada juego principal ha de ser un añadido clave en la juegoteca de cada aficionado a la saga, y éste no es para menos. Sin embargo, no puedo dejar de ser crítico y resaltar un par de defectos entre sus virtudes. La principal es que no aprovechó como debía la potencia de la Nintendo DS, quedándose un poco a medias. Algo compensado, por suerte, por una edición con una jugabilidad magistral, una historia que iba mejorando cada vez más y un metagame que se nutría de la imaginación de los jugadores y de las nuevas técnicas disponibles para ponerse serio, muy serio. Se podría resumir como más de lo mismo, pero mejorado. El cuarto testamento de una saga cuyo final anda lejos. Espero traeros una reseña decente de Blanco y Negro pronto, y de XY más adelante. Con Dios.



Por supuesto, si os cuesta haceros con el cartucho original, siempre podéis tirar de nuestro amigo el emulador, si no lo habéis catado como es debido, y sumergiros en los entresijos de nuestros colegas del equipo Plasma y las criaturitas encantadoras que moran la región de Sinnoh.